La colocación de los falsos techos es muy utilizada ya que resulta ser bien económico, estético funcional y es bien rápido de instalar.
El techo es una parte importante del interior de cualquier sitio. Desde su diseño elegante y acabado visible no sólo para transformar el interior, sino que también crea un ambiente único en el confort del hogar y la comodidad.
Seguramente habrás visto ya en muchos lugares que los techos reales quedan ocultos para crear un nuevo techo más bajo fabricado con madera, yeso, aluminio o pladur, entre otros materiales.
Esta técnica es la que se denomina como ‘falso techo’, una práctica reforma que puede servir tanto como recurso estético como para ganar espacio en el hogar.
El falso techo se construye generalmente de piezas prefabricadas de escayola, PVC, aluminio o acero, soportadas y fijadas mediante una estructura metálica.
En el espacio que queda entre el forjado y el falso techo, denominado plenum, por lo general se disimulan saliencias y discurren las canalizaciones de las instalaciones.
Uno de los materiales más utilizados para los falsos techos es el aluminio; este material le permite lograr falsos techos ligeros, económicos y fáciles de colocar.
Este sistema tiene la ventaja de poder remover las piezas necesarias para efectuar reparaciones de las canalizaciones que discurren por el plenum y luego colocarlas sencillamente en su sitio apoyadas en la estructura de sostén.
En muchas ocasiones a pesar de ofrecer una gran versatilidad estos techos tienden a ser un poco preocupantes, principalmente cuando se piensa en iluminación, ya que se debe de buscar iluminarias que garanticen la originalidad y el estilo tanto del techo como del resto de la decoración. Lo más recomendable cuando se trata de iluminar una vivienda aunque tenga techos falsos es optar por utilizar focos ocultos, estos llegan a crear distintos ambientes en la vivienda.