Si quieres proteger el medio ambiente empieza por reducir gastos de energía en tu hogar. En el caso del baño, apuntando estos consejos, evitamos derrochar agua, gas y electricidad. Así, además de ayudar a mantener el planeta sano, verás reducida tus facturas de gas y agua.

Reduce el consumo de agua en la ducha. Al asearse lo primero que hay que hacer es reducir el consumo de agua. No abras la ducha si todavía no estás dispuesto a bañarte. Opta siempre por una ducha rápida antes que un baño, consumirás cuatro veces menos de agua y energía, para una ducha breve (3 a 4 minutos) se necesitan 40 litros de agua. Además, elige zuna regadera de buena calidad o “bajo consumo”.

Inodoro con sistema de cisterna de doble carga. Cuentan con dos botones, uno con mayor carga de agua que el otro, pudiendo usar más o menos agua según la necesidad. Recuerda que el inodoro no es una papelera, evita tirar residuos que puedan atascarlo o consumir más agua de la recomendada.

Grifos sin goteo. Ten en cuenta que el sistema de agua caliente, en el que se incluye la calefacción, supone un 30% del gasto energético del hogar. Para que éste no aumente de forma excesiva asegúrate de que los grifos de casa no goteen. Un grifo averiado o que no esté bien cerrado, y que deje escapar 30 gotas de agua por minuto, puede suponer desperdicio de 60 litros en un mes. Además, si la fuga es de agua caliente no sólo desperdiciaras agua, estarás gastando más energía de la debida.

Menos consumo de energía. En el baño, además de consumir agua, también se usa electricidad. Las secadoras de pelo, planchas y otros pequeños electrodomésticos hacen que se pueda despilfarrar la energía. Para evitarlo usa la secadora a una potencia baja y pon el calentador sólo cuando sea estrictamente necesario y no durante mucho tiempo. Es conveniente desenchufar los aparatos una vez  terminado su uso para evitar el consumo fantasma, un gasto energético que se produce cuando los aparatos están en “stand by”.

Plantas y jardín. Hazlo por la mañana temprano o cerca de la noche. Para regar las plantas pequeñas utiliza una regadera, si el jardín es muy grande controla el tiempo que está abierta la manguera, por un lado, los riegos demasiado ligeros se pierden rápidamente por evaporación, y por otro lado, riegos exagerados producen encharcamientos inútiles.Dale mantenimiento a lo que lo necesite.Vigila periódicamente el estado de los herrajes, flotadores, válvula de admisión y la válvula de sellado. Para que no haya derrame por el rebosadero o por las válvulas… ajústalas. Reemplaza los empaques de las tuberías cada vez que sea necesario.Ahorrar mientras se cocina.Al lavar verduras usa un recipiente lleno y lava de una vez todas las que vas a limpiar. Si las lavas en el fregadero, coloca el tapón. No uses agua corriente para arrastrar cáscaras o residuos por el drenaje, usa un cepillo, estropajo o tu mano, para remover partículas de mugre al lavar. No tires el agua que utilizaste para cocer vegetales. Con ella puedes preparar sopas.Cuida el agua de la alberca. Prácticamente nunca hay que cambiarles el agua; por más verde o turbia que esté, puede ser clarificada con equipo portátil y los productos químicos apropiados. En casos realmente necesario, aprovecha el agua para regar hasta vaciarla.

Evita usar la manguera. Para el lavado del automóvil, emplearemos un balde con agua y una esponja, en lugar de utilizar una manguera.  Apoya el desarrollo de servicios públicos de lavado que “reusan” el agua. Esto quiere decir que utilizan agua tratada.

Reporta cualquier fuga que observes en la casa, calle u oficina.