Estas almohadas, cuyos beneficios están basados en los principios de la medicina oriental, se utilizan en el Japón desde hace más de 500 años por su valiosa acción terapéutica.
Las almohadas de cascarilla de trigo sarraceno o de mijo son utilizadas desde hace siglos por la medicina oriental. Su principal característica terapéutica es la de contribuir a la eliminación de dolores cervicales a partir de la maleabilidad de las cascarillas que permiten que la almohada se adapte a la anatomía de la persona sin generar tensión.
En las almohadas comunes la columna se desvía, pues los materiales de relleno (poliester, lana, pluma o goma) se deforman con el paso de las horas y la temperatura corporal.
Las almohadas de cáscaras de semillas permite la normal alineación de la columna vertebral. Esto se debe a que las cáscaras mantienen intacta su estructura durante toda la noche y siendo un material maleable, puede acomodarse la cantidad de relleno necesario bajo el cuello.
El trigo sarraceno y el mijo son semillas de plantas rústicas, cuyo cultivo no requiere el uso de pesticidas. Por tanto se trata de un producto absolutamente orgánico. Las cáscaras no contienen nutrientes (por lo tanto no atraen insectos) y son hipoalergénicas (no generan alergias). Debido al riguroso zarandeo y venteo al que son sometidas en el proceso de fabricación, no hay riesgo que queden residuos alergénicos del grano.
Uno de los principios fundamentales de la medicina oriental con relación al dormir bien, es que la cabeza debe mantenerse fría y los pies calientes.
Este tipo de almohadas mantiene la temperatura normal de la cabeza debido a que el trigo sarraceno es de por sí un activador circulatorio y su cáscara evita que la almohada tome temperatura, cosa que ocurre con los materiales convencionales.
Estas almohadas resultan frescas en verano y cálidas en invierno. Tienen una durabilidad de 10 a 15 años, superior a las almohadas convencionales. A medida que pasa el tiempo, su función terapéutica es mayor, ya que las cáscaras se van puliendo unas contra otras.
Las almohadas de cáscaras de trigo sarraceno y mijo están forradas en tela de puro algodón, no debe lavarse el relleno y deben conservarse en lugares frescos y secos. En caso de habitar en zonas de clima húmedo, se aconseja exponerlas regularmente al sol.