La cultura maya, con su rica historia y tradiciones, ha dado origen a una amplia gama de mitos y leyendas que aún resuenan en la región de Mesoamérica. Entre estas fascinantes historias se encuentra la de los Aluxes, unas criaturas de apariencia humana que desempeñan un papel vital en la protección de la selva y el fomento de la agricultura, según la creencia maya.

Los Aluxes, conocidos también como "aluxo'ob" en lengua maya, son seres pequeños y humanoides que se cree habitan en selvas, grutas y cenotes ubicados en el sureste de México, el norte de Belice y Guatemala. Estos lugares fueron los antiguos hogares de la civilización maya, que floreció entre el año 1800 a.C. y 1697.

Según la tradición, los Aluxes surgieron del barro de cuevas inexploradas para convertirse en los guardianes de la selva, los bosques, los campos de cultivo y los animales.

A cambio de ofrendas de comida y agua, se creía que estos seres cobraban vida cuando se necesitaba su ayuda y cumplían con sus tareas asignadas.

Una de las responsabilidades de los Aluxes era asegurar el éxito y la abundancia en la tierra. Propiciaban el crecimiento de los cultivos de maíz, invocando la lluvia y vigilando los sembradíos para ahuyentar a los depredadores y a los ladrones.

Además, cuando no estaban en la tierra, descendían al inframundo maya, conocido como Xibalbá, para proteger su entrada y mantener el equilibrio entre los reinos.

Sin embargo, los Aluxes también eran conocidos por sus travesuras y los problemas que causaban a aquellos que no les mostraban respeto. Hay numerosos relatos de viajeros que afirman haber sido víctimas de las jugarretas de los Aluxes solo por haberles negado una ofrenda al ingresar a su territorio.

Los mayas aconsejaban a las personas tratar a los Aluxes con respeto y amabilidad si se encontraban con ellos.

Aquellos que no mostraban respeto podían convertirse en víctimas de sus travesuras inofensivas o verse afectados por lo que se conocía como "mal aire", una especie de envío de enfermedades como fiebres y delirios a través del aliento de un Alux.

En el caso de recibir un trato adecuado, así como ofrendas, regalos o altares, se creía que los Aluxes respondían con agrado, incluso atrayendo la buena suerte a aquellos que disfrutaban de su favor. Incluso en la actualidad, algunas personas dedicadas a la agricultura y la ganadería consideran necesario destinar un espacio en sus tierras para los Aluxes, con la esperanza de beneficiarse de sus poderes.

No obstante, se debe tener precaución, ya que vivir bajo el mismo techo que uno de estos seres no es recomendable.
Algunos expertos sugieren que los Aluxes podrían ser una interpretación maya de criaturas provenientes de Europa, como los duendes y los elfos, con quienes comparten similitudes tanto físicas como de comportamiento. Incluso se ha planteado la posibilidad de que la llegada de los piratas del siglo XVI desde Inglaterra al Caribe haya influenciado la creencia en estos seres.

Los viajeros, con su creencia en hadas y otros seres extraordinarios debido a su limitada educación, compartían historias sobre diminutas personas encargadas de proteger y hacer travesuras, y estas historias se adoptaron como parte del folclore de las civilizaciones conquistadas.

En resumen, los Aluxes son seres místicos que ocupan un lugar especial en la cultura maya. Además de su propensión a las travesuras, se les atribuye la importante labor de proteger la selva y fomentar el cultivo en los campos. La creencia en estos seres refleja la estrecha conexión de los mayas con la naturaleza y su profundo respeto por el equilibrio entre los reinos terrenal e inframundo. Aunque algunos puedan considerar a los Aluxes como meras criaturas de leyenda, siguen siendo parte integral de la rica tradición y herencia cultural de la región mesoamericana.