La riqueza natural de México va más allá de sus paisajes. Es un país que posee grandes extensiones de ecosistemas en los que habitan alrededor de 200,000 especies diferentes, un total del 10 al 12% de la biodiversidad mundial.

Sin embargo, de las especies originarias de México, existen animales en peligro de extinción que, si no preservamos, podrían no llegar a conocer las generaciones posteriores.

Ocelote. Generalmente, habita en lugares húmedos, sobre todo en Chiapas. Es un felino místico de colores impresionantes, que también fungía un rol importante en la cultura prehispánica. Aunque está en un riesgo bajo de extinción, la preocupación radica en la caza de este ejemplar, que ha ido al alza en los últimos años.

Vaquita marina. Sólo existe en México, y es la pariente más pequeña de los cetáceos. En el 2017, su población bajó a 60 ejemplares. En 2018, fue declarada extinta por razones de la pesca industrial y comunitaria. La ciencia ha dicho que será imposible que la clonación salve a esta especie. Sin embargo, hay un poco de esperanza, ya la SEMARNAT dio un comunicado acerca de un avistamiento de hembras y crías.

Lobo gris mexicano. En la cultura prehispánica era considerado mágico, y se le vinculaba con la diosa del fuego, Chantico. Representaba la fuerza y la valentía. Sólo quedan 300 especies.

Jaguar. En la actualidad, el jaguar se encuentra en peligro de extinción, es decir, el número de ejemplares ha disminuido de manera drástica con el riesgo de que desaparezca por completo de la Tierra, por ello está prohibida la caza, captura, transporte, posesión y comercio del jaguar, o de productos y subproductos de esta especie en todo el territorio nacional.

Ajolote. Tiene 126 dientes y sorprende su capacidad de regenerarse. Su nombre en náhuatl significa ‘monstruo de agua’. Quedan muy pocos ejemplares, y en su estado natural se le encuentra en los canales de Xochimilco.