No sólo se trata de conocer bien su negocio. También debe saber qué tan rentable será en el futuro, y qué ajustes deben hacerse en el camino.

Una decisión que puede cambiar el rumbo de su negocio, es hacer proyecciones financieras de manera formal, con ayuda de una consultora especializada en el tema. El objetivo, es conocer los posibles escenarios de crecimiento, para saber hacia dónde dirigir su empresa, y qué ajustes son necesarios.

Otro de los motivos para decidirse a hacer proyecciones financieras; es que los bancos, las instituciones financieras y algunos proveedores que financian equipo y otorgan recursos para capital de trabajo, piden históricos y proyecciones de los años otorgados como plazo, para pagar el crédito.

PASOS A SEGUIR

Antes de hacer una proyección financiera, considere que es necesario tener nociones básicas de finanzas. Si no es su caso, pídale ayuda a su contador, o baje de Internet, archivos que facilitan su elaboración, en páginas como: BV Consulting, Plan de Negocios, Word Business y Delphi.

1. CONOZCA SU EMPRESA

Lo primero es analizar su mercado, y su capacidad de producción. Dominar las cifras de su organización le ayudará a tener un panorama de la situación actual, para hacer una proyección realista.

Antes de realizar una proyección financiera, se realiza un análisis FODA (de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) de la empresa en general, para observar la situación en la que se encuentra, tanto internamente, como en el mercado.

2. DETERMINE EL TIEMPO DE PROYECCIÓN

Las proyecciones financieras pueden ser mensuales, anuales o como se hace usualmente, a cinco años; dependiendo de cómo funcione la empresa. Lo recomendable es hacerlas cada 30 días, para evaluar las metas periódicamente.

3. ANALICE SU CASO

Si se trata de un nuevo proyecto de inversión, debe estimar el precio del producto, y el costo de operación, además de establecer las políticas de costos, gastos y de los otros indicadores. Para una empresa que ya está en marcha, debe partir de los últimos estados financieros con el apoyo de herramientas como: Excel o software especializado.

4. ELABORE UN ESTADO DE RESULTADOS

Resueltos todos los puntos anteriores, desglose cada indicador del estado de resultados. Este documento debe reflejar los ingresos, los egresos y los costos de la empresa. Observe históricamente cómo ha estado, para que determine cómo quiere estar.

5. CALCULE EL HISTÓRICO DE VENTAS

Evalúe esta parte de la proyección, con el promedio histórico de los costos, y con relación a las ventas de la empresa. Tome en cuenta si en el último periodo hay algún factor -como la compra de maquinaria- que hiciera reducir este indicador.

6. HAGA UNA PROYECCIÓN DE VENTAS

Realícela con base en el presupuesto que tiene. Para ello, conteste las siguientes preguntas: ¿en qué cantidades se vende el producto?, ¿cuántos clientes tiene? y ¿cuál será el precio?

7. REALICE UN BALANCE GENERAL

Una vez que tenga las cifras estimadas del estado de resultados, desarrolle cada indicador del balance general. Esta parte representa los pasivos y activos de la empresa.

Considere que las cantidades proyectadas tienen que coincidir con todos los rubros del balance. Por ejemplo, al expresar que en un año aumentarán las ventas, también deberá plantear que crecerán las cuentas por cobrar, el número de clientes; y que posiblemente necesite financiamiento para incrementar esas ventas.

8. PREVEA EL FLUJO DE EFECTIVO

Con los dos estados financieros anteriores, elabore una proyección del estado de cambios de la situación financiera con base en el efectivo (flujo de efectivo). Esta parte describe cómo va a ser la liquidez. Si la cifra final es positiva, su empresa es rentable; de lo contrario tendrá que replantear sus escenarios.

El flujo de efectivo es importante porque con él puede saber si le va a faltar o sobrar dinero, y con ello determinar cuáles serán sus estrategias de inversión.

9. FIJE LAS PREMISAS DE PROYECCIÓN

Determine cuánto puede incrementar las cifras, y a cuántos años. Revise que en cada periodo, se hagan los ajustes necesarios de acuerdo con las decisiones importantes que se vayan tomando en la empresa, como la compra de activos, las nuevas contrataciones, adquisición de un crédito, o  el incremento de la producción.