Con una mínima inversión de dinero y tiempo, lograrás disfrutar de frutas frescas cultivadas en tu propio jardín.
Las estaciones de primavera y verano son las temporadas adecuadas para sembrar árboles frutales, incluso si tu área de jardín es pequeña.
Antes de cultivar tu árbol frutal debes considerar muy bien el espacio en el que se plantará, preparar los materiales de jardinería y saber cómo están injertados.
Los árboles frutales pueden sufrir diferentes plagas y hongos, las cuales podrás eliminar con insecticida químico o ecológico. Algunos de los árboles frutales que se pueden cultivar en el jardín son:
Naranjo. El naranjo es un árbol de tamaño mediano, con copa redondeada y ramas regulares; puede reproducirse por germinación de una semilla o por trasplante, la temperatura en el que debe crecer debe ser cálida ya que las bajas temperaturas pueden acabar con el fruto y con el mismo árbol.
Carambola. Los árboles de carambola son de tamaño mediano y tropicales, requieren de climas cálidos y húmedos, aunque pueden climatizarse a climas más fríos siempre y cuando estén protegidos contra heladas o sequías. Las carambolas mueren o se dañan a temperaturas inferiores a cero. Al ser un árbol tropical, requiere de abundante agua, pero no de riego diario.
Mango. El árbol del mango suele alcanzar un gran tamaño y altura, se cultiva en climas cálidos y no requiere de riego.
Guanábana. Este árbol define su altura dependiendo del terreno y las condiciones en que se desarrolle, requiere temperaturas cálidas. Los cambios excesivos de temperatura pueden ser dañinos, así que lo ideal son los términos medios.
Puedes ver que a pesar de no disponer de un amplio jardín, es muy fácil cultivar y disfrutar de los árboles frutales en tu jardín.