Seis de las ocho especies de Baobabs existentes, se encuentran en Madagascar. Y no hay mejor lugar para ver estos enormes árboles, que en la conocida como: "La avenida de los Baobabs".

El Baobab es el árbol más emblemático de África, donde se encuentran ejemplares enormes, con más de mil años de vida, pero en ningún sitio alcanzan la espectacularidad y monumentalidad que en Madagascar. Ahí se encuentra la llamada ‘Avenida de los Baobabs’.

En esta avenida se encuentra un prominente grupo de 20 a 25 árboles Baobabs, ejemplares de la subespecie Adansonia grandidieri, endémica de Madagascar, que recubre un camino de tierra de 260 metros de largo entre los pueblos de Morondava y Belon’i Tsiribihina en la región de Menabe al oeste de Madagascar.

Son conocidos localmente como ‘Renala’, que significa ‘Madre de la Selva’, pues son un verdadero legado de los densos bosques tropicales que prosperaron alguna vez  en Madagascar. Pero con los años, la población del país creció, los bosques fueron talados para la agricultura, dejando sólo los árboles Baobabs, que los lugareños conservan, tanto por respeto, como por su valor, por ser una fuente de alimento y material de construcción.

Es uno de los lugares más visitados de la región de Menabe. En el 2007, el Ministerio de Medio Ambiente, Agua y Bosques nombró a esta ‘Avenida de los Baobabs’, como el primer monumento protegido de la isla.

Los Baobabs son imponentes y alcanzan los 30 metros de altura, con troncos redondos, de hasta 11 metros de diámetro, corteza lisa y copa de pocas y cortas ramas. Unos auténticos gigantes de la naturaleza. Se dice que pueden llegar a tener más de 1,000 años inlcuso, se habla de Baobabs de hasta 4,000 años de antigüedad.

En su interior puede almacenar miles de litros de agua, una capacidad que les permite soportar largos períodos de sequía como los que asolan esta zona de Madagascar.

Además su corteza es muy resistente y se emplea para la fabricación de cuerdas y diversos tejidos. Su fruto, es conocido como pan de mono, es comestible y muy rico en vitamina C y calcio. Las hojas son empleadas por los nativos como condimentos culinarios y para hacer diverso tipo de decoraciones, mientras de sus semillas se elabora un aceite muy utilizado por las poblaciones locales.

El mejor momento para visitar este increíble  lugar es en los atardeceres, cuando todo el cielo se tiñe de colores, convirtiendo a los Baobabs en siniestras siluetas que parecen aguantar las nubes.

Este árbol, que genera admiración, no se escapa de ser protagonista de leyendas milenarias.

Se dice que hace miles de años, el Baobab era el árbol más bello del mundo. Su frondoso ramaje, sus hojas y sus coloridas flores eran admiradas por todos los que pasaban a su lado.

Los dioses, deslumbrados por tanto esplendor, le concedieron el don de la longevidad. El Baobab creció y creció sin parar, cada vez se volvía más alto y fuerte. Con el paso del tiempo, creció tanto que llegó a ocultar el sol, impidiendo que ningún otro árbol pudiera crecer y condenando a todos los seres de la tierra a vivir en un mundo de sombras y frío.

Muy lejos de sentirse culpable, y lleno de vanidad y orgullo, se atrevió a desafiar a los dioses gritando que muy pronto los alcanzaría.

Los dioses molestos por su arrogancia, lo castigaron plantándolo al revés, dejando sus hermosas ramas, hojas y flores bajo tierra y sus raíces mirando al cielo, implorando perdón.