Separar correctamente la basura puede traer beneficios ambientales, sociales y económicos.
El mundo se llena de basura. Las grandes ciudades tienen que pagar unos costos enormes para transportar sus desechos. Cada vez quedan más lejos los basureros o rellenos sanitarios y, por lo tanto, el gasto de combustible y la huella de carbono se suman al problema. La basura es un contaminante que requiere de tratamiento especial, por lo que hay que aprender a separarla y clasificar cada uno de nuestros desechos sólidos y así cuidar el medio ambiente.
La basura se divide en dos rubros con la finalidad de propiciar el reciclaje y la desintegración de lo que no puede ser reutilizado:
La basura orgánica se refiere a todo aquello que es de origen natural, es la que se produce de los restos de seres vivos. Se consideran desechos orgánicos las hojas, ramas, cáscaras, frutos en descomposición, restos de frutas o verduras, estiércol, huesos, papel, cartón y madera. Esta basura es biodegradable por lo que se puede descomponer y a través de ella obtener abono orgánico.
La basura inorgánica se define por ser un desecho que no proviene de ningún ser vivo, sino que tiene una composición sintética; por esta razón tarda en descomponerse y reintegrarse al medio ambiente. Se le debe dar un tratamiento específico para que no contamine la tierra como puede ser el reciclaje o almacenamiento en lugares especiales. Algunos ejemplos son los envases de PVC, latas de aluminio, bolsas de plástico, pilas, baterías y vidrio.
Al juntar el mismo tipo de materiales se pueden tratar de una manera correcta, es decir, cuando la basura orgánica se junta puede utilizarse para hacer abono o realizar una composta, esto significa que ayuda a la agricultura y la manutención de la vegetación. Del mismo modo sucede con la inorgánica, misma que en conjunto se almacena para ser reciclada, lo que ayuda a que deje de ser un desecho y que vuelva a ser un producto útil.
Entre muchos otros se destaca la reducción en el consumo de productos, disminución en el gasto de los recursos naturales. Aumento de la vida útil del relleno sanitario y mejora la calidad ambiental del entorno.
Con la separación de residuos, se mejora la condición de trabajo de los recicladores o recuperadores informales, se dignifica su labor, se fortalecen y promueven los grupos de trabajo y los proyectos ambientales.
Al aprovechar los residuos sólidos como materia prima de nuevos productos, se traducen los costos en la obtención de la misma y se convierte en unas alternativas de negocio para personas sin empleo o para los grupos organizados.
La mezcla de los desperdicios impide el aprovechamiento de una gran proporción de residuos. Si aprovecháramos la totalidad de los residuos orgánicos e inorgánicos, sólo produciríamos el 17% de la basura que actualmente producimos.