La caminata nórdica contribuye a ejercitar el 90% de los músculos del cuerpo (abdominales, brazos, torso, piernas, etc.)
La caminata nórdica (o nordic walking) es una actividad aeróbica de bajo impacto que consiste en caminar con la ayuda de un par de bastones especiales, imitando los movimientos del esquí de fondo.
Esta forma de marcha se realiza al aire libre y puede practicarse en distintas superficies (parques, playas, montañas, etc.). Puede encararse como actividad relajante, ejercicio intenso o deporte de resistencia, según el ritmo de los movimientos y el objetivo perseguido por cada practicante.
Origen de la Caminata Nórdica
El Nordic Walking o Caminata Nórdica, tiene sus orígenes en los años 30 y, como pueden imaginarse por la apariencia del deporte, surge cuando una gran cantidad de esquiadores necesitaban incluir sesiones de entrenamiento en temporadas donde no había nieve, como el verano o el otoño, para poder mejorar sus condiciones físicas para los entrenamientos de mayor intensidad que realizaban en invierno. En ese momento, se le conocía como ‘caminata con bastones’. Algunos años después, en la década de los 80, muchos senderistas norteamericanos comenzaron a practicar este deporte y lo llamaron Pole Walking.
El término Nordic Walking o Caminata Nórdica, no fue adoptado sino hasta 1997, cuando el fabricante nórdico Exel decidió crear unos nuevos bastones, con la ayuda del especialista Marko Kantaneva, quien años después escribió un libro sobre este deporte. Con el tiempo y después de varios estudios, se reveló que el la Caminata Nórdica es una actividad muy beneficiosa para la salud.
Beneficios
Según la INWA (Asociación Internacional de Caminata Nórdica), el agregado de los bastones al andar, contribuye a ejercitar el 90% de los músculos del cuerpo (abdominales, brazos, torso, piernas, etc.). Aclara también que practicada en forma regular: mejora la capacidad cardiovascular y la oxigenación; aumenta la resistencia, la coordinación y la movilidad; incrementa hasta en un 40% el consumo de energía con respecto a la caminata clásica; disminuye la presión sobre las articulaciones; mejora el equilibrio y movilidad del tren superior; contribuye a prevenir la osteoporosis; estimula la liberación de hormonas responsables de controlar el estrés, y retardar el proceso de envejecimiento; reduce la ansiedad, y favorece las funciones cognitivas. La caminata nórdica, propone una forma sencilla y divertida de encarar la actividad física. Además, como su aprendizaje es muy rápido y la sensación de cansancio durante la práctica es baja, puede ser practicada por personas de todas las edades.