Cuando Howard Carter descubrió en 1925 la tumba del faraón Tutankamon (s. XIV a.C.) se accedió probablemente a los muebles más antiguos de los que se tienen constancia hoy.
Gracias a las sillas, tronos, bancos, camas y arcas que se encontraron en esa tumba, se tiene hoy conocimiento de las técnicas, ornamentaciones, materiales y diseños que utilizaron los egipcios en la fabricación de sus muebles, pero sobre todo de la alta resistencia de la Madera y su utilización en Muebles desde tiempos inmemorables.
Cuando busquemos muebles para recámaras, comedores, clósets y puertas nos debemos asegurar de que estén fabricados en maderas sólidas como cedro, caoba, nogal, hunacastle, granadillo y tzalam; son algunas de nuestras maderas finas que encontramos ampliamente en el territorio nacional.
Lamentablemente en el afán de acrecentar ganancias y abaratar el mueble, el mercado está inundado de muebles fabricados con aserrín prensado ó MDF, acortando la vida útil del mueble. En cambio si buscamos el mueble sólido de la vieja escuela de Carpintería y Ebanistería, nuestra inversión estará protegida por varias generaciones.
El mueble puede ser terminado con resinas plásticas como son los poliuretano (barniz) o como antiguamente se terminaban con aceites naturales y ceras naturales, si nuestro mueble fue terminado con barnices el aceite rojo que se vende en los centros comerciales es suficiente, pero si fue terminado con aceites naturales ó ceras, el aceite de linaza sería nuestra recomendación para mantenerlos.