El proyecto PlasticRoad, da una nueva vida a los residuos plásticos, a la vez que evita los millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera con la fabricación y aplicación del asfalto.
La ciudad holandesa Rotterdam, apostará por construir carreteras a partir de desechos y plástico encontrado en los océanos, para convertirse en la primera ciudad del mundo en hacer a un lado el asfalto tradicional.
Este proyecto, es un esfuerzo presentado por la compañía VolkerWessels, que con bloques hechos de polímeros, apostará por dejar de verter cemento para abrir paso a una opción más ecológica.
VolkerWessels, explica que los residuos de plástico acumulados en el mar, se han convertido en un gran problema para el planeta, principalmente para las especies marinas que sufren daños severos por la presencia de este material en su ecosistema.
Algunas de las ventajas que ofrecerá PlasticRoad, es que las superficies creadas a partir de los bloques de plástico, tendrían la capacidad para soportar temperaturas mucho más extremas, que van desde los -40º hasta los 80ºC. También podrían ser instaladas en un tiempo inferior; en vez de meses, sólo se tardarían semanas. Este ahorro de tiempo, se debe a que los bloques no necesitan ser construidos en la misma carretera: se prefabrican en la empresa y después se trasladan, limitando así los problemas de logística y seguridad vial desvíos, retenciones, que suelen producirse durante las obras de asfaltado.
Otro beneficio, remarcan, es que el plástico es un material más ligero que el cemento, con lo que se disminuiría la presión sobre el suelo. El espacio hueco existente en el interior de los bloques, permitiría que se tendieran cables y tuberías para cualquier tipo de suministro.
Rotterdam ha sido la primera ciudad que ha mostrado su interés por estas carreteras sostenibles de plástico 100% reciclado. Su Ayuntamiento ve en esta idea, los caminos del futuro para que los humanos sean respetuosos con el medioambiente. El plan es seguir trabajando en perfeccionar los materiales, y empezar a instalar las primeras carreteras de plástico, a partir de 2017.