Una vivienda bioclimática, es aquella que sólo mediante su configuración arquitectónica, es capaz de satisfacer las necesidades climatológicas de sus habitantes.
Aprovechando los recursos naturales y evitando el consumo de energías convencionales. Para el buen funcionamiento bioclimático de una casa, es necesario generar un sistema de calentamiento, y otro de refresco y ventilación para la obtención, acumulación, transmisión de calor y frío.
¿Qué son las viviendas bioclimáticas?
Algunas ventajas de las casas bioclimáticas son: el ahorro energético, el aumento de confort y calidad de vida, mayor iluminación natural, beneficios para la salud; gracias a la presencia del sol, como fuente de vitalidad y bienestar y ventilaciones naturales que no secan el ambiente, evitando el aire de los aparatos de aire acondicionado, con lo que se reducen las alergias, astenias o jaquecas; que éstos pueden producir, y finalmente, un menor impacto medioambiental asegurando un entorno menos contaminado.
Por contra, existen desventajas: el posible aumento del coste en la construcción, con un máximo de hasta el 10 ó 12% más, que una vivienda convencional, aunque en unos tres o cuatro años, la inversión inicial se amortiza gracias al ahorro energético; la dificultad de encontrar la orientación adecuada (norte-sur) en las ciudades; la dificultad de localizar un arquitecto y un constructor con experiencia en este tipo de proyectos.