Son las joyas más bellas de la Península de Yucatán. Resguardados por la selva, nadar en un cenote, es una aventura que no puede perderse.

‘Cenote’, es un término que se utiliza en México, y que proviene de la palabra maya ‘dzonot’, que significa ‘abismo’; son pozos de agua dulce, creados por la erosión de la piedra caliza, suave y porosa, pero para el mundo maya, eran fuentes de vida que proporcionaban el líquido vital, además de ser una entrada a las maravillas del otro mundo, y el centro de comunión con los dioses.

Existen diferentes tipos de cenotes en la Península, y estas son algunas de las mejores opciones para visitar.

CENOTE XLACAH

El cenote de Xlacah, ubicado al interior de la zona arqueológica de Dzibilchaltún. El recorrido por sí mismo le llevará a Xlacah, uno de los pocos cenotes de Yucatán, situados a nivel de suelo, cuyas cristalinas aguas siempre verá coronadas por nenúfares.

CENOTE YAAX-HA

A 40 minutos de San Pedro Cholul, está el poblado de Tixkokob, donde se encuentra Yaax-Ha, un cenote que toda la familia puede disfrutar debido a su baja profundidad (2.40 metros).

CENOTES DE HOMÚN

Homún es una de las principales zonas de cenotes de todo Yucatán, ya que tan solo al interior de este pueblo ubicado a 20 minutos de Sanahcat, se pueden visitar los 5 cenotes de Tza-ujun-kat, Yaxbakaltún, Balmil, Santa María y Santa Rosa. Casi todos los cenotes de Homún, son semi-abiertos y espectacularmente paradisiacos: los tonos de agua cristalina que rondan entre turquesas y esmeraldas, juegan con las formaciones rocosas que rodean estos hermosos cenotes.

Los cenotes jugaron un papel determinante en el desarrollo de la civilización maya. Grandes asentamientos de esta cultura, se formaron en torno a estas cavidades, y constituían lugares sagrados para ellos, representando la entrada al inframundo espiritual. En el fondo de éstos, se ha encontrado abundante cantidad de ofrendas y joyería, que aparentemente fue arrojada a las profundidades, después de sacrificios humanos.

También se han hallado restos de cerámica y de utensilios, destinados a ceremonias religiosas.