Para ocasiones especiales o simplemente para decorar la mesa de comedor a diario, los centros de mesa resultan la opción ideal para vestir uno de los espacios más utilizados de la casa.
Disfrutar de una buena comida no solo tiene que ver con los alimentos que comemos; la verdad es que la decoración de una mesa de comedor tiene mucho que ver.
Lo más básico para decorar una mesa de comedor, es el mantel. El mantel es elegante y aunque tiene como objetivo el cuidado de la superficie de la mesa de comedor, también representa un impacto sobre los comensales. Asegurarse de elegir muy bien el color de la tela, los patrones de bordado y cortado del mantel es primordial. Sin embargo, cada cena ofrece objetivos diferentes, si se trata de una reunión informal, los colores deben ser vibrantes. Algo más serio implica un color claro, que emane tranquilidad.
Uno de los elementos imprescindibles para montar un buen centro de mesa, son las velas. Tanto si se disponen formando un camino que recorre todo el largo de la mesa, como en un recipiente con elementos vegetales alrededor de ésta, el resultado siempre será espectacular.
Un arreglo floral como centro de mesa, puede darle al comedor un estilo perfecto. Se puede usar un jarrón de cristal, ponerle agua y colocar un par de flores frescas. Incluso si la cena lo amerita, se puede poner una vela flotante para dar un toque de luz sobre la superficie, si es una cena romántica ese truquito no fallará.
Sin necesidad de salir de compras, se pueden crear fabulosos centros de mesa originales con objetos que se encuentren en casa: Jarrones o recipientes de cristal o porcelana. Tales diseños permiten jugar con la imaginación y añadir tanto frutas y flores, como cualquier otro objeto de nuestro gusto.
Siempre es buena idea usar elementos decorativos propios de cada temporada para un centro de mesa. En otoño, las calabazas, castañas, hojas secas, piñas y ramas, serán las grandes protagonistas de la mesa. En la mayoría de ocasiones puede resultar tan sencillo como acercarse a un parque o bosque para recoger algún elemento. En otoño igual se pueden crear exquisitos bouquets con dalias u hortensias en jarrones de boca ancha. En invierno, anémonas, camelias, o los siempre maravillosos y perfumados bulbos, como el jacinto o el narciso. Si se coloca un espejo como base, ayudará a multiplicar la sensación de luminosidad, gracias al reflejo de todos los elementos que se coloquen encima.
Otro buen consejo, es usar envases de cristal transparente para crear la sensación de cercanía con los objetos del interior del jarrón o recipiente. Es muy original el uso de envases de cristal cerrados o con tapa.
Para comedores de grandes dimensiones y centros que pueden permanecer en la mesa aún y cuando no se esté utilizando, un espectacular bodegón con jarrones de gran formato y ramas naturales o secas se verá increíble. Hay que recordar que hay que cuidar la proporción de los elementos: cuanto más grande sea la base, más grandes y altas deberán ser las ramas decorativas. Se debe tener en cuenta que este tipo de composición tan voluminosa será más adecuada cuando la mesa todavía no esté puesta, ya que si los comensales se sientan a comer con estas piezas en el centro, la visión del que está en frente se verá impedida.