Septiembre llegó, las fiestas patrias están a punto de comenzar y no hay mejor manera de hacerlo que saboreando unos riquísimos chiles en nogada.
Joyas de la gastronomía nacional y platillo obligado en el menú de los restaurantes mexicanos durante todo el mes patrio. Esta es la historia de su creación.
Hay diferentes versiones acerca de la aparición de los chiles en nogada en la mesa mexicana, se data que el 2 de agosto de 1821, los insurgentes habían ganado ya la guerra de Independencia de México, y se dirigían entonces a la ciudad de Córdoba, Veracruz, para firmar el Acta de Independencia representados por su caudillo, Agustín de Iturbide.
Al enterarse el obispo, Antonio Joaquín Pérez Martínez, del paso de tan importante personaje por Puebla, decidió junto con el Ayuntamiento, recibirlo con flores, oficiando una ceremonia en la catedral, para más tarde en la casa del obispo, disfrutar de un gran banquete.
Para el banquete se mandaron a hacer 14 platillos diferentes a distintos conventos femeninos poblanos, pidiendo a las monjas agustinas recoletas del Convento de Santa Mónica, el platillo conocido como “Chiles rellenos bañados en salsa de nuez”, receta que existía desde 1714 y que por su preparación, se habían hecho famosas.
Al saber ellas sobre la nueva bandera de los Insurgentes, decidieron adornar éste platillo con el color verde del perejil y el color rojo de las semillas de la granada, sobre el blanco de la nogada.
Almendra, piñón, acitrón (biznaga), durazno, pera, manzana y plátano macho; eran los ingredientes con los que se preparaba este manjar que probablemente se comía como postre. Es así como la gastronomía poblana se enriqueció, obteniendo uno de los platillos más representativos de Puebla.
Más de 15 ingredientes se necesitan para cocinar un chile en nogada. La meticulosidad para lavar, cortar, pelar, cocer, tostar, guisar y demás pasos involucrados, así como la sazón de cada guisandero, definirán su calidad al momento de probarlos. Hay quienes las hacen más dulces, otras más saladas, e incluso algunas son neutras. Existen las finas, espesas, líquidas, sin grumos o granulosas. Están las que incluyen queso de cabra o panela depende del gusto y la tradición de cada cocinero.
Cual sea el gusto de cada persona, lo importante es que este platillo es uno de los más representativos, bellos y sabrosos de la gastronomía mexicana.