Las baldosas cerámicas de exterior son el tipo de pavimento más utilizado para cubrir el suelo de terrazas, patios, jardines, piscinas y azoteas.
Nos gusta lo verde, pero en más de una oportunidad nos vemos enfrentados a la necesidad de pavimentar y en ese contexto la colocación de pavimentos es una verdadera solución.
Es uno de los asuntos más frecuentes a resolver en términos de paisajismo y a veces se resuelve simplemente si tenemos claro cómo pintar o reciclar viejos pavimentos existentes.
Los pavimentos están fácilmente disponibles en una amplia gama de estilos y diferentes niveles de precios.
Podemos encontrar muchas clases de pavimentos de exterior (baldosas cerámicas, gres porcelámico, gres rústico…) pero por su propio uso, este tipo de pavimento debe ser resistente, antideslizante y poco porosa. En estas características son en las que nos tenemos que basar antes de decidirnos por un tipo de pavimento u otro, priorizando la utilidad antes que la estética.
¿Por dónde empezar?
Lo primero es realizar un dibujo de tu patio para averiguar qué cantidad de materiales se necesitan (en base a la superficie que necesitas pavimentar). Valora la posibilidad de pavimentar en forma alternada con líneas verdes. La funcionalidad del resultado será el mismo y lo harás en forma más rápida y fácil. Cuando se van a combinar distintos colores o se va a realizar algún dibujo con las piedras o las baldosas, es aconsejable presentarlas primero en seco. De esta forma, se puede elegir la mejor posición de las piezas antes de fijarlas, economizar el número de cortes y colocar las piezas cortadas en las zonas menos visibles.
¿Qué necesitarás?
Para comenzar, precisas un sitio despejado para organizar tus baldosas, materiales, herramientas, elementos de medición y diagramación del sendero (si es el caso). No olvides que necesitarás además de la arena gruesa, el cemento y las baldosas elegidas, una carretilla, 2 estacas de madera, un mazo o martillo nudo, un nivel de burbuja, un rastrillo y en caso que no puedas evitar cortar las baldosas, suma una amoladora angular para cortar las baldosas.
Pasos a seguir
Limpia el lugar de toda la vegetación u otros residuos. Delimita bien la zona a pavimentar (con cuerdas o cintas y estacas) y marca el nivel elegido para estas baldosas (si es un camino, podrás querer escalones a diferentes alturas, pero si es una superficie habrá que nivelar con mucho cuidado.
Revisa y ajusta las condiciones para que exista un perfecto drenaje. En caso de lluvia, las aguas deben escurrirse con facilidad si es una gran superficie (por lo que deberás vigilar la nivelación que contemple una leve caída a los extremos hacia dónde querrás dirigir el flujo de agua.
Una vez resuelta la nivelación y el drenaje recién estarás en condiciones de comenzar el proceso de colocación de cimiento y material a la que se adherirán las baldosas elegidas.
Para piedras naturales:
Colocar las piedras y rectificar su forma si es necesario (golpeando los bordes de cada piedra con un martillo de adoquinador).
Golpearlas con la maza de goma para hincarlas en la arena. Ir comprobando el nivel del conjunto, a medida que se van instalando piedras, y respetar la pendiente para la evacuación del agua de la lluvia.
Para baldosas
Colocar cada baldosa a nivel de las demás, golpeándola con la maza de goma o, por el contrario, añadiendo arena por debajo si está demasiado baja con respecto a las otras.
Sobre capa de mortero
1. Limpiar la solera existente con un limpiador de alta presión.
2. Mojar la solera y extender una capa de mortero.
Para las piedras naturales, el espesor de la capa de mortero depende del grosor de la piedra utilizada (se recomienda un espesor mínimo de 2,5 cm).
Prever más cantidad de mortero cuando este vaya a utilizarse también para las juntas entre las piedras.
Sobre el suelo
La colocación directa sobre el suelo se emplea fundamentalmente en la realización de paseos de estilo japonés.
1. Marcar el emplazamiento de cada piedra espolvoreando yeso. Procurar que las separaciones entre las piedras, tanto en sentido lateral como longitudinal, correspondan a pasos normales.
2. Cavar los agujeros ligeramente más profundos que el grosor de las piedras e introducir un poco de tierra blanda en el fondo.
3.Colocar la piedra e hincarla con firmeza en el suelo, hasta que esté totalmente estable. Utilizar para ello una tabla de madera y una maza.
Procurar que las piedras queden ligeramente por debajo de la superficie del suelo para poder pasar el cortacésped sin riesgo de que se produzcan acci