El hacerte de una propiedad es una inversión inteligente, ya que es un paso importante para construir un patrimonio personal.
Pero antes de obtener un financiamiento hipotecario debes de considerar el tener ahorrado un poco de dinero para poder hacer frente a los gastos de enganche, avalúo y notariales.
Usualmente el error más común al obtener una propiedad es no tener ahorrado un poco de dinero para pagar el enganche que usualmente se solicita, y lo primero que hay que tener claro, es que comprar una vivienda requiere de un esfuerzo financiero grande para poder costear todos los gastos asociados.
Entonces lo que debemos tener muy claro es que no sólo se trata del pago de la cuota del crédito durante varios años, si no que en primer instancia se pagará la cuota inicial del inmueble, y de ahí los gastos de estudio de crédito, escrituración y registro, así como la instalación, mudanza y en algunos casos, adecuación del inmueble. A partir de allí, debe también encargarse de hacer el mantenimiento y las reparaciones a la vivienda para conservar su valor, y de pagar el impuesto predial y de valorización.
Es recomendable tener en efectivo cuando menos 20% del valor de la propiedad para el enganche y el pago de las escrituras, cuyo costo es de alrededor de 7% del valor del inmueble. Con esto, se buscaría un crédito hipotecario por el 80% restante a un plazo de 15 años que es el más recomendable.
Las instituciones financieras no pueden otorgar créditos por más de 90 % del valor de la propiedad, pero hay usuarios que quieren evitar pagar el enganche.
Si se utiliza el crédito Infonavit o Fovissste y no paga un enganche, la deuda no se reduce en los primeros ocho años. Aunque las casas de interés social normalmente no tienen plusvalía, si se venden antes, sólo se recupera el valor de la deuda y se puede extinguir todo lo que se tenía en la subcuenta de vivienda. Si se planea usar este tipo de crédito sin otra fuente de financiamiento, se recomienda tener acumulado en la subcuenta por lo menos 20% el valor de la vivienda.
Es probable que quienes compran casa se vean obligados a realizar sacrificios, como reducir gastos de vacaciones, comidas fuera de casa o compra de ropa. Para algunos, estos sacrificios no tendrán mayor relevancia porque consideran más importantes las ventajas de ser propietario; pero para otros el cambio puede significar desmejorar su estilo de vida.
Tampoco se puede pasar por alto los beneficios que tiene vivir en su propia casa; lo que hay que hacer es analizarlo, la recomendación es reflexionar, previamente, sobre estos posibles cambios y determinar si está dispuesto a asumirlos.
Tener un sitio propio da a la familia tranquilidad y estabilidad. Además, ser propietario permite constituir un patrimonio y hacer mejoras o modificaciones al inmueble de acuerdo con sus necesidades.