Nuestra casa tiene un espacio limitado y se nos olvida que no es una bodega ¿Qué hacer para evitar llegar al caos?
El ahorrar y reciclar las cosas no quiere decir amontonar todo lo que está a nuestro paso, es común que en nuestra casa haya tantas cosas que ya no sirven y que no somos capaces de deshacernos de ellas. Siempre llegan a la mente las mismas reflexiones: ¿Qué tal si un día lo necesito? Pero me lo regaló fulanito, y nos olvidamos de que nuestra casa tiene un tamaño determinado, que no es una bodega para guardar objetos por años que sólo nos quitan espacio.
No es fácil deshacerte de las cosas; a veces te encariñas con ellas, otras veces piensas que serán útiles y en otras ocasiones, simplemente no has tomado la decisión de deshacerte de ellas. Existe un promedio de cinco años en los que las personas acostumbran guardar cosas inservibles.
Pero existen diferentes formas de deshacerse de lo que ya no necesitamos, que de ahora en más pasarán a formar parte de la basura (si no están en condiciones) o que podremos regalar o vender.
• Tira lo que no necesitas. Casi sin pensarlo, porque si lo piensas puede ser peor. ¿No has utilizado cierto elemento por más de 1 año? Entonces puede que no lo necesites más, y seguramente sólo esté ocupando espacio.
• No compres cosas que no usarás. Un punto clave. Porque la basura siempre se origina por algo, y qué mejor que atacar las causas antes que las consecuencias. Antes de comprar algo plantéate si te servirá, si lo usarás, y si no utilizará espacio innecesario.
• Crea un depósito. Si hay cosas que no te animas a tirar, puedes probar guardándolas en un espacio dedicado a ellas. No es algo muy recomendable pero puede servir, sobre todo a aquellos que no se animan a tirar.
• Utiliza muebles inteligentes y multipropósito. Este punto no está relacionado con la basura o cosas que no utilizas, sino con aprovechar espacio. Hoy en día puedes conseguir muebles que tienen múltiples usos (como por ejemplo cama y sillón). Son muebles que te ahorrarán espacio y te permitirán circular mejor por un ambiente.
El orden no solo es bueno porque generará un beneficio a corto plazo como el de limpieza y organización a nivel externo, sino que a nivel interno ayudará a poner orden en nuestros pensamientos y a organizar nuestra mente. Por eso el orden se relaciona directamente con el orden mental. Si aprendemos a vivir en un lugar ordenado interpretaremos ese orden como un ambiente armónico y no caótico.
De esta manera, cuando busquemos algo que necesitemos lo encontraremos rápidamente y en primera instancia, sin dificultad alguna, aumentando la eficacia de actividades y desempeño, tanto en casa como en el trabajo.