Lenguajes de programación más sencillos, escuelas que integran clases desde estos grados y podcasts para inspirar a los niños, son algunas de las técnicas.
Por años se ha escuchado que aprender de adultos a programar, representa la posibilidad de abrir más nuestro panorama laboral. También es una herramienta que permite a los adolescentes aplicar a carreras que tendrán crecimiento en el futuro pero, ¿Qué pasa con los más pequeños? ¿Cómo pueden aprender esa habilidad?
Si bien querer que un niño de kínder aprenda a programar, no quiere decir que se busque a un nuevo genio de la computación, pero sí, que estos aprendizajes permitan a los pequeños desarrollar el ‘pensamiento computacional’, que permite resolver problemas -incluso de la vida cotidiana- de forma creativa y, sin que lo sepan, desarrollar habilidades como: la abstracción, la generalización, evaluación por fases y, finalmente, el diseño algorítmico (un modelo de resolución de problemas).
‘Hemos utilizado muchos lenguajes de programación, plataformas y materiales, desde kínder hasta bachillerato’; explica Alfredo Mora Izaguirre, director general del Centro Escolar del Lago, en Cuautitlán Izcalli, Estado de México. ‘En kínder, nuestros alumnos usan iPads para aprender a seguir y dar instrucciones. En ese nivel están utilizando robots sencillos, los programan, contemplan el resultado de lo que están haciendo y evalúan su propio trabajo’.
Los alumnos, repiten la tarea hasta que resuelven los problemas que se han planteado. Una forma de permitir que los niños tengan este aprendizaje, es a través de lenguajes de programación. Uno de ellos, pensado no solo para pequeños, sino también para principiantes es ‘Swift’, que permite programar para el ecosistema de Apple.
Dicho lenguaje, se puede aprender a través de programas curriculares conocidos como Swift Playgrounds, que consisten en rompecabezas interactivos, que incluyen personajes para que el aprendizaje sea más sencillo.
Estos programas curriculares, incluyen guías para los estudiantes y otras para profesores que quieran estos procesos de programación en sus clases, sin necesidad de conocimientos previos de programación.
El uso de este tipo de herramientas, ha permitido que los estudiantes del Centro Escolar del Lago de primaria, por ejemplo, asistan a competencias de robots y programación, y desarrollen sus propias aplicaciones para dispositivos móviles y de escritorio. En esta escuela, más de 2,000 alumnos de todos los niveles, ponen en práctica la programación como parte de su plan de estudios común.
Otro ejemplo es el de Rosy Pérez, profesora de The Latin American School; en Monterrey, Nuevo León, quien relata que estos programas comienzan a impartirse desde los dos años, con robots sencillos y realidad aumentada para ver cómo los niños interactúan y aprenden más de su mundo.
‘Esto ayuda a tener todo un tema englobado con creatividad’, dice Pérez.Tanto ella como Izaguirre, aseguran que enseñar a programar desde kínder, permite que cuando lleguen a secundaria o preparatoria, puedan desarrollar soluciones innovadoras que no solo sean interesantes, sino que ayuden a su comunidad.