La poda de árboles frutales es una técnica basada en corregir la forma de la planta mediante el corte de ramas para acelerar y mejorar su fructificación.
La poda no es un simple corte de ramas de forma estética, sino que es mucho más que eso, ya que a través de esta técnica es posible cambiar las corrientes del jugo de las propias ramas.
La savia cruda favorece el desarrollo de la parte superior del árbol durante la temporada de crecimiento, mientras que la savia elaborada (llena de azúcar) se concentra en las ramas con una orientación inferior. Pues bien, una vez aclarado esto, diremos que realizaremos podas secas sobre los árboles de semillas durante los periodos de descanso vegetativo, es decir, en pleno invierno. Sin embargo, podaremos árboles de hueso durante el verano en medio del proceso vegetativo.
Comprender las partes de un árbol frutal ayuda a hacer la poda correcta. Necesitas encontrar un equilibrio entre frutas y hojas para obtener un buen corte. Alrededor de cuarenta hojas son suficientes para desarrollar frutos de alta calidad, por lo que al lograr este equilibrio, debemos tener en cuenta la cantidad de capullos florales. Además, conocer estas partes y su finalidad te permitirá conocer mejor cómo cuidar los árboles frutales. Estas son las diferentes partes de estas especies arbóreas:
Yema final: La yema final es la yema final más gruesa de la rama. Este brote crece más rápido y se forma vigorosamente. Al cortar, los cogollos detrás de él se activan
Brotes de hojas: Los brotes de hojas son brotes triangulares y planos ubicados en el lado de las ramas. Cuando cortamos directamente sobre ella, estos cogollos se activan y las ramas producen hojas.
Capullos florales: Son capullos de grasa que se hinchan a principios de primavera. Estos brotes forman las flores.
Dardos: Son pequeñas ramas con capullos florales que se desarrollan en las ramas más antiguas. Estas ramas deben conservarse, ya que garantizan la fructificación anual.
Cicatriz estacional: Es el anillo que se forma en la rama y señala el inicio de una fase de crecimiento tras una fase de reposo.
Cuándo podar árboles frutales.
Después del período de descanso o al final del invierno y justo antes del período de brotes de primavera, es el momento adecuado para la poda. Además, las heridas creadas por la poda cicatrizan mejor y más rápido si lo hacemos en ese momento. Incluso podemos posponer la poda hasta una semana después de que el árbol florezca sin dañar la planta.
Además, en verano y otoño, podemos realizar una pequeña poda y pellizcar los brotes más fuertes para favorecer la aparición de ramas laterales más fuertes con capullos florales.
Para reducir la vitalidad de ciertos árboles frutales si se desarrollan demasiado, podemos alimentarlos a principios o mediados de agosto. Si queremos que los frutos sean de mayor calidad, retiramos las hojas que dan sombra a los frutos. Lo que debemos tener en cuenta es que la poda es peor a finales de otoño o principios de invierno, porque en este caso dejamos heridas en el árbol hasta finales del invierno, lo que puede provocar infestación de hongos y más daños por las heladas de estos tiempos.