Llenaron miles de hogares en México con sus pesadas radio-consolas de madera, quedando en la memoria colectiva de los mexicanos.
A inicios de la década de 1970 los mexicanos gozaban de una modesta mejora en sus finanzas, lo cual era producto del último tramo del llamado ‘Milagro mexicano’, así que con ese poquito dinero de más, en muchos hogares hicieron el esfuerzo de comprarse objetos para hacer más llevadera la vida, uno de ellos fueron unas pesadas consolas para tocar discos y escuchar la radio.
Entre las más comunes en las viviendas se encontraban las consolas ‘Citlali’ y ‘Zonda’, ambas marcas mexicanas, que ya no eran de bulbos, sino de transistores. Las dos se fabricaban y vendían dentro de unos pesados muebles de madera (con muchas partes en triplay) a fin de que fungieran como un mueble más en la sala de la casa. Algunos recordarán que incluso se colocaba encima de ellas mantelitos y piezas de cerámica a fin de completar el decorado.
De hecho ‘Zonda’, empresa originaria de Jalisco, anunciaba sus consolas sin resaltar la tecnología de la que gozaban el tocadiscos, el radio o la fidelidad del audio, pues por encima de todo presumía los ‘finos’ acabados del mueble, su capacidad de almacenar discos y un compartimento para guardar la colección de licores del hombre de la casa; así es: eran todo un centro de entretenimiento, aunque a los publicistas nunca se les ocurrió anunciarlas así.
Por su parte, ‘Citlali’ no puso tanto empeño en la promoción de sus consolas; sin embargo, eso no evitó que llegaran a los interiores de muchas casas en México. De esta marca no se sabe mucho, el último registro ubica su sede en la zona norte de la Ciudad de México, pero en las décadas de los años 70 y 80 pudo haber fabricado sus aparatos también en Jalisco, esto lo suponemos porque su consola más famosa llevaba el nombre de ‘Sayula II’; es decir, el nombre de uno de los municipios de ese estado.
Lo cierto es que tanto las consolas ‘Zonda’ como ‘Citlali’, usaban las mismas piezas y componentes, lo que hacía difícil de diferenciarlas si no se contaba con el emblema de las marcas en el exterior de los equipos, probablemente compartían el mismo proveedor o tenían una alianza para producirlas en un mismo sitio, eso no lo sabremos pues ni siquiera los especialistas en el tema tienen información al respecto.
Hubo otras marcas de consolas del mismo tipo que ocuparon un espacio en las salas de los mexicanos que dieron momentos de fiesta, alegría y placer a muchas familias, aunque algunos de los aparatos eran de procedencia extranjera.
¿Y a usted qué recuerdos le traen?