A 36 años de las erupciones, lo que queda de esta maravilla natural de Chiapas, son los alucinantes paisajes que ofrece a los visitantes aventureros que se atreven a asomarse a su cráter.
El cráter del volcán Chichonal, se localiza a unos 25 km de Pichucalco, y a unos 75 km de distancia tanto de Villahermosa, Tabasco, como de San Cristóbal, Chiapas. Fue descubierto por accidente, hace menos de 100 años, por el geólogo alemán Federico K. Mulleriend, en 1923. Su erupción más reciente documentada se dio en 1982, y luego de ella su altura pasó de 1,260 msnm a 1,060, como se conoce actualmente.
Hasta el momento de la primera erupción, nadie había imaginado el potencial que dormía en las entrañas del volcán Chichonal, incluso, era prácticamente desconocido. Las erupciones fueron de proporciones épicas.
Científicos de EE. UU. calcularon que las cenizas de esta erupción alcanzaron los 100 km de ancho y 17 km de altura, formando una nube de más de 3 kilómetros de espesor que flotando a 20,000 m de altitud, rodeó el mundo, desde México hasta la India. Ciudades y poblados enteros. Chiapas, Tabasco, Puebla, Veracruz, Oaxaca y Campeche; fueron completamente cubiertos por ceniza. Esta nube atravesó el planeta entero durante el mes de abril, llegó a Hawái el 9; a Japón, el 18; al mar Rojo, el 21 y, por último, el 26 de abril cruzó el océano Atlántico. Estimaron también que la cantidad de luz solar incidente sobre la superficie terrestre se redujo en un 5 a 10%, con algún efecto en la temperatura media mundial de los dos años siguientes (del orden de una disminución del 0.5 ºC).
Se calcula que en el Chichonal, los flujos piroclásticos alcanzaron temperaturas de 750 ºC, y descendieron a más de 150 km/h en avalanchas de 8 km de largo, 60 m de alto y 150 de ancho. Estos flujos fueron los responsables de la mayoría de las muertes registradas. Siguiendo la ruta trazada por el Valle del río Magdalena, destruyeron todo a su paso, incluido el municipio de Francisco León. La ceniza también bloqueó el cauce del río, creando un lago artificial que posteriormente inundarían la región con agua lodosa. Desde la noche del sábado, y durante todo el domingo, la gente buscó desesperadamente escapar atravesando las montañas.
El Chichonal sepultó poblados enteros en las inmediaciones, incluyendo el asentamiento que solía existir en sus faldas. Se llevó cultivos, caminos y vidas humanas. Desde entonces, no ha dado siquiera muestras de leve actividad o posibles erupciones.
A 36 años de las erupciones, lo que queda de esta maravilla natural de Chiapas, son los alucinantes paisajes que ofrece a los visitantes aventureros, que se atreven a asomarse a su cráter.
Con un kilómetro de diámetro, el cráter es un deslumbrante valle en cuyo fondo, se encuentra un lago de aguas sulfurosas que desprenden una espesa bruma. Estando ahí, es normal sentirse, de pronto, en algún planeta extraviado, en donde la vida apenas comienza.
El color verde profundo del agua, contribuye a la inusual belleza de los paisajes del volcán Chichonal.