Algunos estudios demuestran que cuando el bebé duerme con su madre, este alcanza un sueño más calmo y profundo y amamantan más que los bebés que duermen separados.
Cuando la llegada del bebé se está acercando los padres tienen que plantearse la manera en la que quieren que su futuro hijo descanse. Una de las cosas que deben pensar es si el bebé dormirá con ellos en su cama, en su cuna o incluso en otra habitación.
Hay todo tipo de opiniones a favor y en contra de este tema. Durante muchos años se consideró un error que los padres dejaran dormir a sus hijos en su misma cama, alegando que sería mucho más difícil pasarlos después a su propia cama, que siempre querrían dormir con sus papás y que puede ser peligroso porque se puede aplastar al bebé, sin querer, mientras duermen.
Por otro lado, los que están a favor alegan que es mucho mejor el contacto con el bebé. Para esto existen las cunas sidecar que son una muy buena opción para tener cerca al recién nacido de una forma cómoda y segura.
Las ventajas que tienen estas cunas es que los bebés lloran menos y están menos tiempo despiertos. La madre, muchas veces, se da cuenta de las necesidades de su bebé pocos segundos antes de que él las solicite, con lo que evita que llore mucho. La comodidad de no tener que levantarse de la cama, sobre todo en época de frío, hace que la madre y el bebé normalmente vuelvan a dormirse casi enseguida y con esto el descanso de ambos se ve menos perjudicado.
Básicamente consiste en quitarle la barandilla de una parte de la cuna y arrimarla a la cama mediante bridas o cuerdas para que no se mueva ni se separe. Para que los colchones queden acoplados, basta con comprar medidas de espuma o cojines que sirvan para ajustar lo máximo posible para que los dos colchones queden perfectamente pegados y no puedan moverse de tal forma que el niño conserva su propio espacio pero está en contacto permanente con sus padres.