Para dar algo de vida a una pared desnuda, y no caer en lo habitual, hay una solución muy efectiva y original, de hoy y de siempre.
Recopilar una serie de platos, del estilo que más pegue con la decoración del hogar y hacer una composición atractiva para generar una pared de acento en la estancia, se convertirá en el foco de atención.
Es importante tener una noción clara de lo que se desea, para decorar con platos en la pared. La idea no es colocar la mayor cantidad de platos posibles, sino distribuirlos armoniosa, y equitativamente en los espacios.
La composición del entorno debe estar perfectamente equilibrada con un número razonable de platos decorados. No es bueno excederse en la cantidad, peor aún si todos son del mismo tamaño. En los espacios más amplios, es aconsejable jugar con tamaños grandes.
Colocar un grupo de platos por encima de la cómoda, nunca es mala idea. Para elegir la ubicación, es necesario establecer un orden de prioridades. No son visualmente atractivas las zonas escondidas y con poca iluminación, pues terminan siendo un estorbo. Es preferible elegir el lado del comedor, donde se lucen las vajillas más caras.
Lo ideal, es realizar un diseño antes de comenzar la decoración, la idea es que en un papel grande, se haga una plantilla para saber cómo quedarán los platos antes de colocarlos. Sólo se deben colocar los platos sobre el papel en la forma deseada, y dibujar el contorno de los mismos.
Algunas ideas para realizar el diseño, pueden incluir colocar los platos en una formación específica (haciendo una V, por ejemplo), juntarlos de acuerdo a tamaño o color u optar por colocarlos en diversos sitios, separados entre ellos, para cubrir una mayor superficie.
También se puede usar un mueble destinado a ese fin, así no habrá que pensar tanto en el diseño de una composición mural. Además, de este modo se tendrán a mano esas piezas de la vajilla que más se utilizan. Estéticamente le dará un punto diferenciador a un rincón de la casa, mientras que, por otro lado, se verá más organizado.
En lo que se refiere al empleo del plato como objeto decorativo, se debe arriesgar, y sacarlo de su hábitat natural. Está bien utilizarlo en cocinas, comedores e incluso baños. Pero, sin duda, el gran salto, es emplearlo para decorar un dormitorio.
Si se quiere que la combinación de estilos resulte, es imprescindible escoger platos con decoraciones y colores que se agrupen con todo el conjunto visual. Lo que menos se quiere, es una sección de reliquias fuera de onda. Escoger una vajilla original, donde cada plato tenga un motivo único y diferente al resto, será la clave para tener éxito en la decoración con platos.