Los Derviches, son sufíes islámicos. El sufismo es una corriente espiritual, que igual que el zoroastrismo, también nació en Persia antes de la era cristiana.
El término ‘sufí’ o ‘sufismo’ no se conoce en los orígenes del Islam, no aparece en el Corán, ni tampoco en las tradiciones proféticas. El término habría sido acuñado recién, durante el siglo II de la Hégira.
Posteriormente, esta corriente se integró en el Islam. Actualmente hay una comunidad ‘sufista’ de cincuenta millones de personas, en todo el mundo. Derviche significa literalmente ‘el que busca las puertas’, y se suelen organizar en órdenes llamadas ‘tarigas’, que a través de elaborados rituales de recitación y danzas, persiguen generar estados místicos, que faciliten el camino del iniciado, hacia la unión de Dios.
Los Derviches, buscan la unión de los seres humanos con Dios, mediante la elevación del alma, a estados más elevados de consciencia. La danza tiene un profundo significado espiritual y místico, la mano derecha se coloca con la palma hacia arriba, hacia el infinito, y la mano izquierda con la palma hacia abajo, hacia la tierra. El danzante se convierte en canal de transmisión de lo divino, un mediador entre el cielo y la tierra, recogen la ‘baraka’, o ‘bendición del cielo’, y la llevan a la tierra para distribuirlo entre los demás.
El vestuario también tiene su simbolismo. De hecho, al llegar al templo los Derviches visten de negro, el color de la última morada, y poco a poco se van despojando de esta última capa, para que aparezcan otros ropajes blancos, pureza conseguida tras la muerte del ego.
Los gorros cónicos que llevan puestos, simbolizan el control de las emociones y del pensamiento, que todo iniciado debe poseer.
La danza giratoria, es una ceremonia de danza y meditación, y se llama ‘Sema’, y aunque lo que normalmente podemos ver los extranjeros es sólo un atisbo de la danza real, en la original pueden girar durante horas.
Los Derviches, en círculos, se mueven girando al ritmo de la música, y van aumentando la velocidad e intensidad del giro, hasta que todo termina en una máxima exaltación espiritual.
La ceremonia intenta reflejar la naturaleza giratoria de todo lo que se encuentra en la naturaleza, desde las galaxias, al pensamiento y finalmente a los átomos . El ‘sufismo’ es, y seguirá siendo, una crítica al espíritu mundano del cual nace todo lo que nos hace olvidarnos de la ‘Divina Realidad’. Es y debe ser una vía de escape del ‘laberinto de la cultura materialista, en bancarrota’ y una invitación a lo significativo y al bienestar.