Los médanos de Samalayuca son una región del desierto de Chihuahua, a unos 50 kilómetros al sur de Juárez caracterizada por la presencia de grandes dunas de arena blanca y fina en una gran extensión.
UN IMPONENTE DESIERTO
Un desierto de gran belleza, localizado al norte del estado de Chihuahua, es el de las Dunas de Samalayuca, olas de arena que se revuelven en médanos de todos tamaños, un reino de arena. La extensión de las dunas es de aproximadamente mil kilómetros cuadrados. Este desierto se localiza a 35 kilómetros al sur de Ciudad Juárez.
Este interesante atractivo es admirable por la movilidad de las dunas, ya que la fuerza del viento eleva cortinas de una finísima arena blanca que al contacto con la luz del sol se torna dorada, creando así un bello espectáculo donde las arenas cambian de forma y de lugar. La vegetación en esta zona es raquítica, pues se presentan horizontes totalmente desnudos y la poca vegetación presente, es la típica que hay en el desierto chihuahuense, predominando el arbusto alquitranado y la gobernadora, así como algunas cactáceas y mezquites. Su fauna está conformada por coyotes, liebres, conejos, monstruos de Gila, pumas y algunos tipos de víboras de cascabel. En la región se han encontrado fósiles marinos de la era cuaternaria, mientras que el aspecto general de las dunas permite suponer que antiguamente estuvo ocupado por un mar interior. A 50 kilómetros al sur de Juárez, por la carretera que va a Chihuahua, se localiza la región de los Médanos de Samalayuca, cuyo acceso es por el ejido Villa Luz.
El acceso por vía terrestre es fácil ya que la carretera está pavimentada y en buenas condiciones.De la Ciudad de México a la ciudad de Chihuahua, hay una distancia por carretera de 1,803 kilómetros, distancia que se recorre en 22 horas y treinta minutos, aproximadamente. Para llegar por avión a las Dunas, es necesario volar de la Ciudad de México a la de Chihuahua, cuyo tiempo de vuelo es de 1 hora con 5 minutos, sin escalas.
Una vez en Chihuahua, deberá seguir por carretera hasta las Dunas de Samalayuca, recorriendo una distancia de 323 kilómetros, en un tiempo de 4 y diez minutos, aproximadamente. Una de las principales actividades que se realizan en esta región es la exploración, ya que es un desierto de grandes dimensiones, así como también el estudio de animales y plantas. Por estar rodeado de montañas, el recorrido por este desierto no implica gran peligro, no obstante es conveniente servirse de un guía para deambular por las bellezas de este desierto. Le recomendamos que visite los petrograbados de Samalayuca y el Museo Histórico-Arqueológico de San Agustín.
La mejor temporada para ir a las dunas es durante el otoño y el invierno, ya que en el verano el calor puede sobrepasar los 40 grados centígrados. Procure aplicarse un protector solar para evitar quemaduras en su piel por los rayos solares. Para mayor seguridad, es conveniente que contrate el servicio de un guía durante su recorrido por este desierto.Con todo, los médanos de Samalayuca nos hacen evocar en latitudes más lejanas.
Su similitud con la imagen estereotipada del desierto del Sáhara, en Africa, es tanta que esperaríamos encontrarnos con una caravana tuareg a la vuelta de cada montículo. La zona de los médanos tiene una extensión de aproximadamente 150 kilómetros cuadrados, está comprendida en una cuenca hidrográficamente independiente que abarca los 30 mil kilómetros cuadrados. En esta porción de desierto, las dunas se desplazan libremente a capricho del viento. Es de imaginar que la arena puede amontonarse o expandirse a través de una misma acción mantenida a lo largo de los años. Las arenas se mueven constantemente empujadas por el viento y se descubren bajo los montículos que han cambiado de lugar hallazgos sorprendentes. Fósiles marinos, por ejemplo. Lo que nos hace suponer que en algún pasado remoto la inmensa zona árida que nos circunda estuvo cubierta por el mar.
Han aparecido junto a fósiles de mamíferos, útiles y herramientas primitivas elaborados con huesos y pedernal. Todavía no se ha identificado con certeza la cultura a la que pertenecen. En cualquier caso el nombre de Samalayuca es de origen náhuatl, y ya existía cuando llegaron los primeros conquistadores españoles a las órdenes de Francisco de Ibarra.Tal vez algunas explicaciones alusivas se encuentren grabadas en piedra en las rocas de los cerros cercanos.
Otra cosa será que logremos descifrarlas. Líneas, círculos, triángulos y polígonos combinados en un mensaje indescifrable. Bien pueden significar mapas, pensamientos abstractos o una nave espacial, según se inspire la imaginación.