Cada 17 de marzo, se celebra el ‘Día de San Patricio’, una fiesta nacional irlandesa donde la gente usa atuendos de color verde, bebe cerveza y participa en desfiles.
En Dublín, la capital de Irlanda, el festival dura cuatro días, y fue ahí donde esta fiesta comenzó como un evento religioso, y con el paso del tiempo cobró relevancia internacional, hasta que en 1996 se hizo el primer gran desfile en el país europeo.
San Patricio nació en el 387 en Kilpatrick, Escocia, su verdadero nombre era Maewyn Succat. Piratas irlandeses tomaron prisionero al joven Patricio cuando tenia 16 años, y lo vendieron como esclavo.
Pasó seis años en Irlanda, donde aprendió a hablar el idioma celta. Consiguió escaparse a Francia para prepararse para la vida monástica, y se ordenó sacerdote. Sin embargo, regresó a Irlanda, el lugar donde lo habían tenido sometido, para pregonar el cristianismo. Permaneció allí casi tres décadas, hasta su muerte, en el año 461.
La importancia de San Patricio, reside en que este hombre, podía explicar el ministerio de la Santísima Trinidad con un trébol de tres hojas, un amuleto de buena suerte para los irlandeses.
En Irlanda se empezó a celebrar oficialmente el ‘Día de San Patricio’, en 1903. Dado que la Isla Esmeralda es mayoritariamente católica, y que el ‘Día de San Patricio’, por lo general, coincide con la Cuaresma, solía ser una fiesta religiosa y tranquila, hasta que en los sesenta, una ley permitió a los pubs, abrir ese día.
En 1996, se hizo el primer gran desfile en Dubliny, a partir de este momento, el gobierno comenzó a trabajar para que esta festividad se volviera parte de la identidad nacional.
Las celebraciones en honor a San Patricio duran cuatro días. Dublín, su capital, se viste de verde y las calles se inundan de música y bailes, convirtiendo el desfile temático de tres kilómetros que se realiza por sus calles, en un atractivo turístico para miles de visitantes que viajan estos días, para participar en él.