Se celebra cada 22 de noviembre, fecha en la que se conmemora a Santa Cecilia, patrona de los músicos.
La música ha acompañado a la humanidad durante mucho tiempo. Tiene sus raíces en la prehistoria, hace miles de años; cuando el hombre, tratando de imitar los sonidos de la naturaleza, tocaba instrumentos de percusión con materiales de la época. Con el paso de los años, la evolución del hombre y las tecnologías, la música se convirtió en algo de trascendencia universal, siendo parte de la representación de cada cultura.
Por esto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estableció el ‘Día Internacional de la Música’, en honor a Santa Cecilia, a quien el Papa Gregorio XIII la declaró ‘Patrona de los Músicos’, en 1584.
Algunas fuentes mencionan, que se debe a pintores del siglo XV, que Santa Cecilia sea vinculada con la música, ya que en sus cuadros, la mostraban tocando el arpa, y otros instrumentos. Y es que a Santa Cecilia se le asocia con la música, porque se dice que cuando su padre la casó en contra de su voluntad, ella le cantaba a Dios.
Esta celebración se inició un 22 de noviembre, con un festejo realizado en una localidad francesa de Evreux, en Normandía, con un torneo de compositores. Desde 1695, se comenzó a celebrar en Edimburgo, Escocia; y posteriormente se fue expandiendo a países como: Francia, Alemania y España.
En Latinoamérica, esta tradición empezó en Río de Janeiro, entre 1919 y 1920, hasta llegar al resto de América. Nuestro país ha sido cuna de grandes músicos. La riqueza de géneros y ritmos como: los sones, el huapango, las pirekuas, la música de banda y el mariachi, entre otros; lo han posicionado a nivel mundial.