Uno de los paisajes más asombrosos del mundo, lo ofrece Coahuila, con un desierto blanco de 800 hectáreas donde brillan dunas de arena blanca.
Las Dunas de Yeso de Coahuila, son un impresionante escenario, color blanco que contrasta con el cielo azul y el tono único de las montañas. Este gran sitio de conservación y educación ambiental forma parte del área protegida de un pueblo mágico llamado: Cuatro Ciénegas. Cuenta con una extensión de 800 hectáreas que recorren gran parte de este territorio al norte del país. Quedará sorprendido por este color tan blanco del yeso mineral, generado por su composición geoquímica: una forma hidratada de sulfato de calcio, que rara vez se encuentra en forma de arena al ser soluble en agua.
La formación de las Dunas de Yeso, se originó hace millones de años debido a la evaporación del Mar Tetis, donde se encuentra ahora el estado de Coahuila. Tras su desaparición, en la región, quedaron cristales de sulfato de calcio hidratados, mejor conocido como yeso, dando forma a las dunas blancas que hoy se pueden ver.
El paisaje de esta región es sumamente impresionante; arenas blancas que se extienden a lo largo del horizonte, con esculturas naturales formadas por el viento y el yeso. Estos montículos de yeso y piedra en constante cambio son llamados ‘testigos’, el centro de una duna que ha sido azotada por el viento a lo largo de miles de años.
Estos arenales blancos están en constante movimiento, aumentando o transformando su tamaño, creando y destruyendo dunas a cada segundo. Sin duda un escenario con vida propia, las formaciones que verá hoy, es posible que no lo vean otros visitantes en otra época del año.
Las plantas y árboles que sobreviven aquí, son claros ejemplos de una lucha constante con el medio ambiente. Hay algunas plantas que para sobrevivir y evitar ser enterradas en la arena movediza, se han transformado para anclarse, por ejemplo: la yaca jabonera alargó su tallo para conservar sus hojas por encima de la arena, desarrollándose hacia arriba, otras se anclan a una parte de una duna con sus raíces para seguir creciendo con un pedestal de arena, una vez que la duna se mueve.
Dentro de la flora que habita el lugar, se pueden encontrar: mezquite, yuca, sotol, biznaga y otras plantas desérticas y suculentas. En cuanto a los animales que se han adaptado a este árido clima son: coyotes, reptiles, correcaminos e insectos variados.
Aún siendo un lugar difícil de habitar, estas especies se han adaptado demostrando que la vida se abre paso hasta en los lugares más inhóspitos.
Definitivamente visitar las Dunas de Yeso, es un espectáculo natural que no puede dejar de ver.