Sus 81 puntos ante los Toronto en 2006, sus cinco anillos con los Lakers y el oro olímpico en Pekín 2008, quedan en la memoria de la historia del deporte.

Kobe Bryant fue el más digno sucesor de Michael Jordan que ha existido, desde su aparición en la NBA, en 1996, con 18 años, y sin pasar por la universidad, para jugar en ‘Los Angeles Lakers’, su equipo durante sus 20 años en la liga. Lo eligieron los ‘Charlotte Hornets’, en el draft de 1996 con el número 13, pero lo enviaron a los ‘Lakers’, a cambio de Vlade Divac, en unos de esas decisiones que cambian el rumbo de la historia de un equipo.

Sus primeras canastas no las anotó en Estados Unidos, sino en Italia, donde se trasladó a los seis años desde su Philadelhia natal, con su padre Joe, cuando este continuó su carrera profesional tras jugar ocho temporadas en la NBA con los ‘Philadelphia Sixers’, ‘San Diego Clippers’ y los ‘Houston Rockets’. Kobe se enamoró del baloncesto, pero también del fútbol, que practicaba en el país transalpino. En Pistoia, comenzó a demostrar que tenía un don especial para el deporte de la canasta. La llegada a la NBA de Bryant, coincidió con la etapa final del mejor Michael Jordan. Coincidieron dos temporadas en las pistas, en el momento de máximo esplendor del alero de los ‘Bulls’, para reencontrarse de nuevo, cuando Jordan jugó en Washington, entre 2001 y 2003. Por entonces, Kobe Bryant ya lucía tres anillos de campeón, los conseguidos junto a Shaquille O’Neal, con quien vivió una historia de amor y odio, para ganar dos anillos entre 2000 y 2002, que ampliaría a cinco, con los logrados en 2009 y 2010, con Pau Gasol en el equipo.

Los logros individuales de Kobe Bryant, lo sitúan en el Olimpo de la NBA, como uno de los más grandes de todos los tiempos, y al igual que Michael Jordan, en un deportista que traspasó las fronteras de su propio deporte. La noche antes de su fallecimiento, Lebron James lo superó en la lista de máximos anotadores de la historia.

En 20 años anotó 33.643 puntos. En el momento de su retirada, solo Kareem Abdul Jabbar y Karl Malone, habían encestado más. Es el máximo anotador de la historia de los ‘Lakers’ y en 11 temporadas fue elegido en el mejor quinteto de la NBA. Nadie lo ha superado por ahora. En 2008, fue el MVP de la temporada regular, y en 2009 y 2010, de las finales.

La mejor actuación individual de su carrera, fue el 22 de enero de 2006, cuando hizo 81 puntos -55 en la segunda parte- en el ‘Staples Center’, contra los ‘Toronto Raptors’, en la que es la segunda mejor anotación de la historia de la NBA, después de los 100 puntos conseguidos por Wilt Chamberlain, en 1962 ante los ‘New York Knicks’, vistiendo la camiseta de los ‘Philadelphia Warriors’.

Kobe Bryant era un anotador compulsivo. Fue el máximo anotador de la liga en 2006 (2.832 puntos) y en 2007 (2.430 puntos). En 21 partidos anotó 50 o más puntos, 10 de ellos en la temporada 2006-2007. El escolta angelino puso la rúbrica a una carrera difícil de igualar, anotando 60 puntos en su despedida, el 1 de abril de 2016, contra los ‘Jazz de Utah’.

El 8 y 24 de los ‘Lakers’, recogió el relevo de ‘Magic’ Johnson, para alargar el ‘showtime’, en el ‘Staples Center’, hasta el siglo XXI. Fue elegido en 18 ocasiones para el ‘All Star’ -una menos que Kareem Abdul Jabbar- y solo estuvo ausente, por lesión, en 2010 y en 1999, porque no se jugó el partido. En cuatro ocasiones (2002, 2007, 2009 y 2011) fue elegido el MVP del partido.

A nivel internacional, el mayor logro de Kobe Bryant, fue la medalla de oro, en los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008, cuando en la final derrotó a la España de los hermanos Gasol, Juan Carlos Navarro y Rudy Fernández, en una de las mejores finales olímpicas que se recuerdan, y en las que Bryant anotó 20 puntos, y fue quien acabó con la resistencia del equipo, dirigido por Aito García Reneses.

Los premios para Kobe Bryant, traspasaron el mundo del deporte. En 2018, logró el Óscar, al mejor cortometraje animado, por ‘Dear Basketball’, escrito, narrado y protagonizado por el propio jugador, dos años después de su retirada. En la cinta, cuenta como un niño que jugaba de pequeño a encestar sus calcetines, acaba ganando la NBA, y la historia de esfuerzo, dedicación y amor por el baloncesto, que le lleva a conseguirlo. Todo un ejemplo de una vida que acabó trágicamente.