Entre La Codosera (Badajoz) y Arronches (Portugal) se encuentra esta minúscula rareza.
Como ya sabe, entre los países hay fronteras que dividen su territorio. Algunos necesitan inmensas murallas o puentes para delimitar una nación y otra, como en el caso de México y Estados Unidos. Todo lo contrario sucede entre España y Portugal, pues para cruzar de una nación a otra solo utilizan un puente que mide 3.2 metros de largo y 1.45 metros de ancho, el cual es considerado el puente internacional más pequeño del mundo.
El puente se encuentra sobre el arroyo ‘Abrilongo’, el cual se encarga de unir Badajoz en España y Arronches en Portugal. Antes de este, hubo otro camino mucho más rudimentario y frágil sobre el cual las personas transitaban. Eso era posible porque el arroyo tenía poca corriente, por lo que los habitantes cruzaban tan solo usando unas tablas de madera y piedras que había en el lugar. Por obvias razones, no era seguro y se tomó la decisión de hacer un cambio.
El actual puente lleva por nombre ‘El Marco’, y fue construido no muchos años atrás. Fue hasta 2008, cuando las autoridades de ambos países decidieron solicitar fondos a la Unión Europea y conjugar esfuerzos para crearlo, tomando en cuenta todas las condiciones del lugar de manera que la estructura no pudiera ser arrastrada por el arroyo, en comparación con el camino que en ese entonces estaba disponible.
Así, el actual puente de ‘El Marco’ cuenta con tablones y barras metálicas, como muchos en el mundo. Pero se distingue del resto, por unas piedras en los extremos con las letras E y P, para indicar a las personas si se encuentran en España o Portugal.
Gracias a su sencillez, los ciudadanos pueden transitar de un país a otro y comerciar sin complicaciones. Sin embargo, no siempre fue así. Años atrás, la zona era utilizada para el paso de contrabandistas de diversos productos: ganado, tabaco y café, entre otros.
Pero en 1995 entró en vigor el ‘Tratado Schengen’, a través del cual las naciones abrieron las fronteras interiores entre países de la Unión Europea, por lo que la zona se volvió segura y ya no había nada que esconder.
Hay que señalar que, aunque se trata del puente internacional más pequeño del mundo, no es considerado un lugar turístico, pero sin duda la zona es un sitio hermoso para pasar el rato, ya que está rodeado por árboles de encino y olivares. Un ambiente cubierto de naturaleza para darse un respiro de tranquilidad.
Tenga en cuenta que por su tamaño no pueden pasar automóviles sobre el puente, pero si puede dar un paseo a pie o en bicicleta. No es la clase de división entre países que uno espera, pero eso es lo que lo vuelve interesante al ser el más pequeño del mundo.