Paletas gigantes, piscina de toppings, conos de helado. Una experiencia única para los cinco sentidos, al entrar al mejor museo de helados.
En Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Miami, existen espacios dedicados única y exclusivamente a los helados. Se trata del Museo del Helado (The Museum of Ice Cream).
La mente maestra tras este invento es Maryellis Bunn, un empresario que buscó acercarse al mundo millennial abriendo las puertas del primer Museo del Helado en Nueva York, el 2016. El rotundo éxito lo llevó a inaugurar otro nuevo museo en el Distrito de Arte de Los Ángeles, uno en San Francisco y Miami, la cuarta locación de este museo a finales del 2017.
El diseño de cada museo es diferente y se adapta a cada ciudad, con el fin de acercarse a la gente, a través de una experiencia que involucre los cinco sentidos. Es una instalación Pop-Up que aviva los sentidos de los amantes a la fantasía, al dulce y al helado.
La idea es que, en cada lugar donde se instale el museo, los asistentes puedan disfrutar de las atracciones, fotografías, gráficos y montajes que están relacionados con el helado. Además, no sólo se trata de ver, sino también de comer, porque se pueden probar infinidad de sabores y texturas.
El museo es totalmente diferente: hay arte colgado en las paredes y también una amplia oferta de instalaciones interactivas para intervenir en las obras, transformarlas y degustarlas. Sus reglas son sencillas, probar, oler y jugar. Las esculturas, los cuadros y las instalaciones alusivas al universo del helado, se completan con una propuesta participativa.
La experiencia es 100% de sabores e incluye 10 zonas temáticas en las que destacan: la zona interactiva Banana Split compuesta por 10.000 bananas, una habitación azucarada dedicada a California, una jungla de paletas derretidas, un salón de chocolate, salón de conos, una especie de sube y baja en forma de cuchara de helado, un cuarto de conos y la increíble piscina para nadar en chispas de colores, donde puede tomarse muchas fotos para subir a sus redes sociales.
La entrada a este museo incluye degustación gastronómica durante todo el recorrido, ya que cuenta con una selección de los mejores helados del mundo para deleitar su paladar y cada semana se promociona un sabor de las heladerías más famosas de la ciudad. Además de devorarse varios globos de azúcar transparentes sumamente ricos.
La idea de esta piscina surgió de la novia de Manish Vora, co-fundador de esta dulce exposición, pues le dijo que su sueño siempre había sido nadar en una bañera llena de dulces y he aquí el resultado de este loco y dulce sueño llevado a la realidad.