Este fenómeno tiene importantes consecuencias en el clima global y puede generar una serie de impactos negativos en diferentes áreas.
Una de las principales manifestaciones del fenómeno de El Niño es la ocurrencia de fuertes inundaciones y deslizamientos de tierra que pueden devastar las cosechas y afectar gravemente a las comunidades locales. Además, este fenómeno puede desencadenar la formación de tormentas tropicales y huracanes, que ponen en riesgo la vida y los bienes de las personas en las zonas costeras.
Un ejemplo significativo de la influencia del fenómeno de El Niño se registró en el año 2016. A medida que avanzaba ese año, los investigadores de corales en el Pacífico comenzaron a recibir señales de alarma. Las lecturas de temperatura de los océanos alrededor de la Gran Barrera de Coral en Australia y en las islas desde Fiyi hasta Hawái alcanzaron niveles sin precedentes, registrando temperaturas extraordinariamente altas. Estas altas temperaturas tuvieron un impacto devastador en los corales, ya que estas criaturas marinas no pueden tolerar el calor extremo.
Los corales comenzaron a debilitarse y a sufrir el fenómeno conocido como blanqueamiento, donde pierden sus colores característicos y se vuelven pálidos.
En los casos más severos, muchos corales incluso murieron debido al estrés causado por las temperaturas anormalmente altas.
Para los científicos que observaban con angustia, la temporada de El Niño dejó como resultado vastas extensiones de arrecifes de coral completamente blanqueados en todo el Pacífico. Esta devastación no solo afectó la belleza y la biodiversidad de los arrecifes de coral, sino que también tuvo un impacto en los ecosistemas marinos y en las comunidades que dependen de ellos para su sustento.
En resumen, el fenómeno de El Niño/Oscilación del Sur es una manifestación natural que puede tener consecuencias significativas en diferentes partes del mundo. Las alteraciones en las temperaturas del océano y los patrones climáticos asociados pueden generar eventos extremos, como inundaciones, deslizamientos de tierra y tormentas, con graves repercusiones para las comunidades y los ecosistemas.
Es fundamental seguir estudiando y monitoreando de cerca este fenómeno para comprender sus efectos y buscar formas de mitigar sus impactos en el futuro.