Uno de los lugares más visitados en el Perú y que a pesar de su naturalidad posee un entorno lleno de magia es sin duda alguna el Oasis de Huacachina.
El Oasis de Huacachina se encuentra a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad de Ica, en Perú; y ofrece unos paisajes muy hermosos porque es una pequeña laguna que se encuentra en la mitad del desierto, rodeada por árboles de palma, dunas de arena y árboles de algarrobo o huarangos, así como por hermosas casas que están en sus orillas que hacen que sea un espectáculo realmente único.
Se trata de una laguna con aguas de color esmeralda que se creó gracias a las corrientes subterráneas que había en la zona. Con los años fue creciendo alrededor de este lago una exhuberante vegetación y el resultado es el que se puede contemplar en la actualidad, un oasis de película.
Este lugar en la actualidad lo puedes ver bien poblado en sus pintorescas casas y con cientos de turistas que año a año viajan para ver esta maravilla natural, pero hacia finales del siglo XIX estaba prácticamente deshabitado hasta que la italiana Angela Perotti redescubrió las propiedades médicas de las aguas de la laguna y de las arenas que la rodean, que son muy buenas para enfermedades de la piel y contra el reumatismo.
Algunas décadas después, hacia los años de 1940, este lugar se convirtió en uno de los balnearios de mayor importancia en el Perú, por lo que se construyeron hoteles y otras facilidades propias de un lugar tan turístico. De aquellas épocas quedan lugares que puedes disfrutar como un malecón alrededor de la laguna. Por si fuera poco, se pueden alquilar barquitas para disfrutar del lago.
El lugar posee una bonita leyenda indígena, que habla de una princesa que se convirtió en sirena llamada Huacca china, que quiere decir “la que hace llorar”. Mucho antes de que llegaran los conquistadores españoles, una hermosa doncella desconsolada por la pérdida de su amado, venía desde Tacaraca para cantar tristes canciones a la luz de la luna llena. Un cazador se acercó una noche para poder observarla atraído por sus hermosos cantos pero ella sintió tanto miedo que salió huyendo. Su vestido blanco quedó enganchado en una rama y el espejo que siempre llevaba consigo cayó al suelo formando una laguna. Al no encontrar un lugar por el que huir, ella se metió en el agua y se convirtió en sirena.
Dicen que a media noche, cuando hay luna llena, la sirena sale a cantar sus cantos tristes y que cada año, una persona que no es del lugar, muere ahogado en la laguna, especialmente hombres debido al cazador.
A pesar de estar construcciones, el lugar no ha perdido nada de su belleza y sigue siendo un sitio idóneo para descansar y disfrutar de la tranquilidad del lugar.