Escondido en mitad de la frondosidad del parque Kromlauer en Alemania del Este, se halla este hermoso puente delicadamente arqueado puente conocido como el Rakotzbrücke o ‘puente del diablo’.
En 1842, Friedrich Herrmann Rötschke adquirió la mansión Kromlau y en 1844 comenzó la construcción del Parque de los Rododendros. 200 hectáreas de terreno lo convierten en uno de los parques más grandes de Sajonia, de las cuales, unas 90 están abiertas a los visitantes.
La entrada es gratuita y se puede acceder a cualquier hora del día durante todo el año; la visita guiada cuesta 2,50€ por persona. Los edificios más famosos son el ya mencionado Rakotzbrücke, la mansión y el Kavaliershaus. El parque cuenta con un camping de pago para dormir en tienda de campaña o búngalos.
Lo primero que llama la atención del Puente de Rakotzbrücke, es como está construido en forma de círculo perfecto. Su estructura es bastante precaria, y los ingenieros aseguran que es casi imposible que se mantenga en pie y justo por ese motivo la tradición cuenta que tuvo haber sido construido por el mismísimo diablo, de ahí que también se le conozca con este nombre.
Si bien el puente se ve débil, debe de tomarse en cuenta que se ha utilizado por entre 400 y 1000 años, y no se ha caído, por lo que es más fuerte de lo que aparenta. Pero se ha decidido preservarlo, así que no se puede usar más.
Lo cierto es que los constructores parecían más interesados en la estética del puente, que en su utilidad. No es una forma muy práctica de hacer las cosas; pero a cambio, sin pretenderlo, consiguieron crear una estructura que hoy atrae a muchos turistas.
El Kromlauer Park es ampliamente conocido, también, por las numerosas especies vegetales que se encuentran allí. De esas especies vegetales son, sin duda, las más famosas sus azaleas y rododendros. En primavera, en este parque se lleva a cabo un conocido festival floral. En verano, sus caminos entre estanques, lagos y bosques se llenan de turistas de todas partes del mundo, para visitarlo.