Seguramente que muchas veces habrá sucedido que, al ingresar a la habitación de una casa por vez primera, la vista se te oriente de manera preferente hacia un área específica de ese lugar, lo cual nos lleva a apreciar determinada decoración que resulta ser la que marca la pauta del espacio. Ese es el punto focal.
El punto focal de una habitación es fundamental debido a que nuestra vista requiere un lugar donde centrar la atención y además porque, por otra parte, la decoración necesita de un punto en torno al cual disponer el resto de los objetos y el mobiliario. Una buena combinación del punto focal con el resto de las cosas genera, a golpe de vista, un entorno armónico y equilibrado que hace que nos sintamos cómodos y a gusto.
¿Cómo crear un punto focal en una habitación?
Lo que debemos hacer es buscar si hay en nuestras habitaciones puntos de enfoque existentes. Para esto tenemos que ver qué es lo que se destaca de por sí al entrar a determinada habitación. Puede ser por ejemplo una ventana grande, una chimenea, un medallón en el techo o una columna, entre otras cosas. Una vez que detectamos eso que llama nuestra atención, debemos jugar y crear en torno a ello.
Añadir cortinas llamativas a esa ventana grande, colocar una buena pintura o fotografía encima de la chimenea, colgar una lámpara impactante en el techo y decorar aquella columna que tanto se destaca con algún tapiz son buenas ideas para generar un punto focal atractivo.
Si nuestra habitación no cuenta con ninguna de esas características destacables, igualmente podremos crear nosotros mismos un punto focal. Un sofá puede convertirse en un gran centro focal, así como también una tapicería brillante, una mesa con patas curvas, un sillón con almohadones audaces o una mesa de café atractiva.
En las paredes lisas también se puede construir un punto focal mediante la colocación de un cuadro o fotografía impactante en el centro. Debemos recordar que este tipo de puntos siempre deben estar acompañados por otros objetos secundarios para que no se conviertan en focos chocantes y aislados del resto de la decoración.
Los colores también ayudan a la creación de un foco en una habitación. El pintar una de las paredes con un color fuerte y distinto del resto genera un punto de atracción para nuestra vista que ante la falta de otro, se establece como el principal en la habitación. Es bueno para que el punto no acabe por acaparar toda nuestra atención el incorporar accesorios y objetos del mismo color que combinen y distraigan la vista una vez que el punto focal ha captado nuestra atención.
Lo recomendable a la hora de crear un punto focal en una habitación, es que este se encuentre definitivamente integrado a la decoración general y que, si bien va a destacar por sobre todas las cosas, los elementos que lo conforman no deben estar disociados de la idea central de todo el cuarto.