Cuando el término del ciclo en la universidad se acerca, no hay nada que emocione más a un egresado que el poner en práctica lo ya aprendido.
Y sobre todo poder ganar el tan deseado dinero para poder empezar hacerse personas más independientes. Pero lo que no nos enseñan antes de salir a la vida real es el manejo de las finanzas personales, de las cuales podríamos llegar a perder el control sino manejamos inteligentemente nuestro dinero; esto pasa usualmente porque no contamos con una educación financiera adecuada y desgraciadamente en la mayoría de los planes de estudio no cuentan con el tema de las finanzas.
Según el INEGI en nuestro país cada año egresan 370,000 universitarios los cuales no cuentan con una educación financiera debida, la cual se adquiere a través de una debida planeación y mucha disciplina.
Estamos acostumbrados a gastar nuestro dinero antes de ganarlo, a pesar de no tener un salario estable, se confía en que éste llegará a tenerse, por lo que se empieza a gastar o endeudar sin antes tener algo concreto; no pensamos en que el proceso de busqueda de trabajo lleva su tiempo, el cual depende de diversos factores que muchas veces están fuera de nuestro alcance.
Es importante tener un control adecuado de los gastos y contar con un presupuesto definido desde el primer día, pues sin estos detalles será muy complicado depurar los gastos innecesarios y tener el control adecuado del dinero.
Actualmente es “necesario” para un egresado contar con una tarjeta de crédito, pero el detalle no esta en que la obtengan sino que la sepan manejar. El abuso de una tarjeta de crédito es lo más común en nuestra población por la poca información con respecto a estos movimientos financieros, pues se gasta el dinero que no se tiene.
El no caer en la trampa de los meses sin intereses es primordial, pues muchas veces nos confiamos y no sabemos que gastos no contemplados nos podrán surgir más adelante y entonces incurrir en el atraso de pagos.
Es primordial contar con un plan a corto, mediano y a largo plazo; es cierto que a esa edad no se sepa con claridad que quieres o esperas para tu futuro, pero hay que plantearse que no toda la vida se será joven y lo que hagamos hoy se verá reflejado en la vida adulta.
Estas metas son importantes pues ayudarán a no incurrir en gastos innecesarios y darán un motivante al esfuerzo para tener una buena educación financiera.
Queda claro que es de vitalidad promover entre la juventud actual, y porque no hasta adultos, la cultura de la educación financiera personal la cual nos permitirá gastar lo justo y de manera responsable para evitar mas adelante deudas de temprana edad.
Éstas herramientas darán pie a la formación de una generación de inversionistas y no de deudores, lo que beneficiaría enormemente a nuestra sociedad.