La Estatua de la Libertad, es de los monumentos más conocidos de Nueva York. Ubicada en Liberty Island, fijando su mirada hacia el este, en dirección a Francia.
La Estatua de la Libertad es uno de los símbolos de Nueva York, y representa libertad política y democracia. Está ubicada en el puerto de Nueva York, es la entrada no oficial a la ciudad, y da la bienvenida a visitantes de todo el mundo. La Estatua de la Libertad, fue un gran regalo de Francia para Estados Unidos, en conmemoración del centenario de la independencia de este país angloparlante, la cual fue declarada el 4 de julio de 1776.
Un político francés, Eduardo Laboulaye tuvo la idea del proyecto. Este fue encargado al escultor Fréderic Bartholdi con una clara condición: la estatua debería de estar acabada para 1876, coincidiendo con el aniversario de la declaración de independencia.
Bartholdi comenzó a trabajar en el proyecto en 1870, pero debido a la magnitud de la obra, cumplir con la fecha establecida fue algo completamente imposible; lo que hizo que se prorrogara la construcción unos años más, hasta 1886.
Pero no todo fue un camino de rosas durante su construcción, ya que el proyecto se vio envuelto en problemas económicos, lo que provocó el retraso en su edificación.
Para 1876, aún faltaba dinero para realizar el brazo levantado y la cabeza de la figura; pese a que unos años antes se había creado la Unión Franco-Americana, con el fin de recaudar fondos para finalizar el monumento. Una vez finalizada la estatua, la idea era desmontarla y guardarla en cajas para ser enviada a Estados Unidos. Allí, y como si de un rompecabezas se tratara, sería montada de nuevo. Pero vuelven los problemas: falta de fondos para acabar con la construcción del pedestal de la figura. Al fin para 1884, había llegado el fin de la construcción de la estatua, la cual fue construida en París, en un solar muy cerca del estudio de Bartholdi.
En esos momentos y aprovechando la situación, el resto de ciudades como Boston o San Francisco, comenzaron a crear un concurso para reconstruir en ellas, la estatua.
Es ante este panorama tan caótico donde entra en acción Joseph Pulitzer, director del periódico ‘New York World’. Fue quien incentivó a los lectores neoyorquinos a realizar donativos, llegando a recaudar 120.000 dólares, en cinco meses, lo necesario para pagar el traslado hasta Nueva York.
Tuvo tanto éxito esta campaña, que en unos meses pudo reunir la cantidad necesaria para finalizar el proyecto; con lo que se logró que finalmente la estatua viajara a Nueva York. Un año entero fue necesario para transportar el monumento hasta Estados Unidos. Finalmente, es en junio de 1886, cuando llega a la gran ciudad. Después de muchas adversidades alrededor de su construcción, el 28 de octubre de 1886, queda inaugurada oficialmente la Estatua de la Libertad.
Joseph Pulitzer, director del periódico New York World, fue determinante para situar la figura en donde la podemos ver ahora.
‘El puerto de Nueva York es el lugar perfecto, porque es donde la gente obtiene su primer punto de vista del Nuevo Mundo’ F. Bartholdi
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la Estatua de la Libertad era un auténtico símbolo, ya que marcaba la entrada a América para todos aquellos que llegaban por mar. Desde su posición, daba la bienvenida a los barcos llegados del Viejo Continente con la promesa de una vida mejor. Era, pues, símbolo de libertad y de esperanza, de sueños y futuro; en definitiva, de un nuevo hogar repleto de oportunidades. Se encuentra en un lugar visible para todos los barcos que acudieran al puerto. La estatua tiene una corona de siete puntas que representan los siete continentes, y para alcanzarla hay que subir por una estrecha escalera de 186 escalones. En su mano derecha sostiene una antorcha conocida como la ‘luz de la razón’, y está pintada con una capa muy fina de 24 quilates de oro. En la mano izquierda, por su parte, sostiene un libro de Derecho, con la fecha de la Declaración de Independencia en 1776. Esta femenina imagen se encuentra sobre un pedestal de granito, donde están grabadas las palabras, ‘Nuevo Coloso’. En su interior alberga un museo, al cual podrá acceder tras un ascenso de 215 escalones. Su color característico se debe a la oxidación de la pátina de cobre que la recubre y, aunque en 1906, el Congreso estadounidense propuso destinar miles de dólares a repintarla, la oposición popular fue tal, que se optó por dejarla tal y como se ve ahora.
Para visitar la Estatua de la Libertad, debe ir en barco, desde Lower Manhattan.
Curiosidades de la estatua:
• El arquitecto Bartholdi diseñó la cara de la estatua, con facciones similares a la cara de su madre.
• La idea inicial del proyecto, era hacer que la figura fuese un faro.
• La estructura interna de la estatua, fue diseñada por el mismo ingeniero que años más adelante realizaría la edificación de la Torre Eiffel: Gustave Eiffel.
• El peso de la Estatua de la Libertad, es de 225 toneladas y mide en total, con el pedestal, 93 metros.
• Desde 1894, es Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco.
• La cabeza de la estatua se exhibió en la Exposición Universal de París de 1878.
• El monumento fue construido en Francia con fondos franceses, mientras que para eliminar bajar costes, se estableció que el pedestal fuera construido por Estados Unidos.
• Cada persona que envió dinero a Pulitzer para financiar el proyecto de la estatua, era mencionada en el periódico. De esta manera consiguió en 5 meses reunir $120.000 dólares.
• La estatua, para su transporte, fue desmontada en 350 piezas, que se guardaron en 214 cajas. 36 de ellas eran solo para remaches, tuercas y pernos para su montaje.
• La primera pieza en pisar suelo estadounidense fue el brazo derecho con la llama, el cual no sólo estuvo en Nueva York, si no que se expuso en Filadelfia con el motivo del centenario.
• En aquella época, Grover Cleveland era el presidente de los Estados Unidos, quien pronunció las siguientes palabras el día de la inauguración: No hay que olvidar que la libertad, ha hecho aquí su casa...