Se trata de resaltar la belleza de lo antiguo y gastado.
La estética japonesa del ‘Wabi-sabi’, se basa en la idea de encontrar la belleza en la imperfección. Se celebran las grietas y las hendiduras en los objetos, y todas las otras marcas que el tiempo, el clima y el uso dejan atrás. Artículos heredados de generaciones anteriores, hallazgos en mercados de segunda mano, proyectos de bricolaje, arte popular y piezas vintage, coexisten muy bien en estos nuevos estilos de decoración, proporcionando texturas contrastantes, muchos patrones y diversos colores.
Esta es una de las tendencias en decoración que seguirá en auge. Las piezas con aspecto desgastado, añaden mucha textura y personalidad a una habitación. Sus principales características son: las pinturas descascaradas, paredes de yeso desgastadas, colores apagados, elementos algo oxidados, textiles deshilachados, asperezas, sencillez y poca luz.
El bien reconocido interiorista Axel Vervoordt, es quien más ha hecho por introducir la estética del ‘Wabi sabi’, en Occidente. Un ejemplo de ello, es el ‘Greenwich Hotel Tribeca Penthouse’, un hotel abierto en 2014, y propiedad de Robert de Niro, donde Axel plasmó todos sus conceptos sobre el ‘Wabi sabi’, para decorar los interiores.
También se pueden encontrar acentos del ‘Wabi-sabi’, en el diseño de ‘La Granja Ibiza’, un pequeño hotel de 9 habitaciones, en el corazón de la isla.
Lo cierto es que el término ‘Wabi-sabi’, no solo se refiere a esta tendencia en decoración. Se trata de un concepto elaborado directamente de la filosofía budista zen, basada en esta contemplación de la naturaleza, y aceptación de ese ciclo vital. Se puede resumir en las tres ideas básicas, de que nada es perfecto, nada es permanente, y nada está completo en su esencia más pura; es el arte japonés, capaz de encontrar belleza en la imperfección y profundidad, en la naturaleza, de aceptar el ciclo natural de crecimiento y decadencia.