Estas aportan colores y texturas a platillos, desde una ensalada, hasta unos chiles en nogada o unas enchiladas de mole.
La gastronomía mexicana se distingue por sus coloridos platillos, y su mezcla de peculiares sabores. Con el tiempo, cocineras y chefs mexicanos han buscado la forma de resaltar sus platos, y uno de los ingredientes clave para lograrlo han sido las flores.
Cada vez es más común encontrar platillos decorados con estas, desde una ensalada, hasta un chile en nogada, o unas enchiladas de mole. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las flores que se utilizan en la cocina deben estar libres de pesticidas, herbicidas, fungicidas y fertilizantes tóxicos.
Actualmente existen más de 70 flores, que pueden ser utilizadas para el consumo humano, de las cuales entre 30 y 50, se producen en México, según un estudio del Instituto Politécnico Nacional. Las violetas están entre las flores más utilizadas para decorar alimentos y bebidas, pues tienen un sabor suave y agradable al paladar.
Pueden servirse frescas, cristalizadas, secas o confitadas. Entre las más comunes de la cocina mexicana, destacan: la flor de jamaica, flor de calabaza, lavanda, rosa, geranio, dalia, manzanilla y cempasúchil. Aunque es común que las flores sean utilizadas para decorar, también pueden mezclarse en ensaladas, y emplearse para elaborar purés, atole y endulzantes.
El mercado de San Juan, en la CDMX, es reconocido como el paraíso gastronómico de la ciudad. Frente a las tiendas gourmet, éste arrasa por su variedad, ya que en San Juan se pueden encontrar no solo flores comestibles, también un sinfín de ingredientes exóticos.