En la ciudad de Berlín se encuentra un gimnasio innovador que pensó en utilizar la energía que se obtiene al hacer ejercicio y darle un uso sostenible.
Usualmente muchas personas eligen los gimnasios urbanos, presentes en todas las grandes ciudades. En lugares con mucha población, como en las capitales europeas, las opciones son enormes, pero, ¿has pensado alguna vez en apuntarte a un gimnasio ecológico?
Green Gym (el “Gimnasio verde”) nace en octubre de 2010, siendo el primer gimnasio oficial europeo en dar uso a la electricidad generada por las máquinas y las personas que hacen ejercicio en sus instalaciones; apuntándose a la moda ecológica y proponiendo el hacer ejercicio dando un beneficio para el medio ambiente.
Es entonces que cada vez que uno de sus miembros realiza un entrenamiento de cardio, bicicletas o cualquier tipo de máquina, esa energía se recicla para ser utilizada más tarde y devolvérsela, de esta manera, al planeta. Además, todos sus cursos y máquinas están implantados según una filosofía de cuidado para el medio ambiente.
Sus cursos se orientan a no utilizar ningún tipo de material o energía no necesaria. Destaca el yoga, pilates y otros cursos de artes orientales; también tienen talleres para niños, para que desde pequeños hagan deporte, estén saludables y, de paso fomentarles el respeto por el medio ambiente.
La filosofía principal de Green Gym es ayudar a sus miembros a desarrollar un estilo de vida activo y saludable, siempre intentando que el desarrollo físico vaya de la mano con el equilibro mental tomando conciencia del planeta.
Si bien es cierto que su precio mensual es mayor que la media de los gimnasios en Berlín, por unos 40 euros los miembros tienen derecho a dos visitas a un entrenador personal, usar la sauna, todas las clases y todas las máquinas. Además, es un espacio abierto y fresco, que no abusa del aire acondicionado y sus instalaciones son espaciosas y limpias.
Esta iniciativa es solo la pionera de otros muchos gimnasios que se apuntan a la moda verde y fue implantada en una de las ciudades europeas con más conciencia ecológica, especialmente en cuanto a reciclaje, que acoge a más de 5.5 millones de personas apuntadas en los más de 6.000 centros de fitness presentes en la ciudad.