A orillas del lago Tai, en 2013, el arquitecto Christian de Portzamparc descubrió la llanura desierta donde hoy se emplaza la vibrante ciudad. Su rápido crecimiento organizó torres según una cuadrícula de calles y avenidas bordeando un eje peatonal central en dirección al lago. Estaba claro que el encuentro de este eje peatonal y el gran lago sería un lugar excepcional, y era en este sitio, a ambos lados del eje, donde se iba a emplazar el centro cultural durante el concurso de arquitectura.
El programa tenía dos partes: las salas de música y espectáculos en un lado del eje, y los museos y lugares pedagógicos en el otro lado. El arquitecto eligió conectar estas dos alas en el techo para crear en este lugar tan central una gran apertura al cielo en forma de arco. La cual es una cinta larga que se enrolla y pasa de un ala a otra en la cubierta y luego sobre el muro de la fachada, formando una figura de "ocho" que cruza el eje peatonal a una altura de 40 metros para enmarcar la apertura visual al lago.
Los dos bucles de la cinta cubren la explanada donde el eje peatonal se encuentra con el lago. Este lugar central da acceso a los numerosos equipamientos culturales distribuidos en las dos alas, al norte y al sur del eje.
En el ala norte se entra a la gran galería del vestíbulo que es la entrada al teatro y a la ópera china. Desde esta galería se asciende al conservatorio de música y al cine 360°.
En el sur de la explanada, el ala se divide en dos edificios de museo: un museo de historia y un museo de la ciudad con espacios educativos, y finalmente un centro ceremonial y de conferencias.
El centro cultural crea un nuevo paisaje conectando agua, cielo y ciudad en un juego de reflejos iridiscentes que evoca esta cinta metálica (de acero y aluminio) que se extiende a lo largo de 500 metros de luz. Desde el eje urbano se perciben curvas y contracurvas. Sus líneas se elevan, cobijan, enmarcan el cielo y recuerdan las cintas utilizadas en el teatro tradicional de Suzhou. También es posible subir por esta cinta gracias a un camino de 40 metros de altura desde el que se puede ver toda la ciudad y el lago.
El arquitecto visualizó que estas alas unidas, representan la dualidad en movimiento, en forma de Ying y Yang alternados. Este proyecto continúa la investigación que ha podido realizar sobre el tema de la franja de möbius para el Centro Internacional de Congresos de Nara, Japón, y sobre la cobertura de espacios públicos con arcos de cinta para Luanda (Centro Cultural de Uganda) y Nanking (concurso para el Gran Teatro de Jiangsu, China).