Este lujoso hotel combina diseño, arte, gastronomía y vino para ofrecer una estancia inolvidable en la ‘Ciudad del Vino’
Desde que se inauguró en 2006, esta obra maestra creada por Frank Gehry, como sede del “Hotel Marqués de Riscal”, se ha convertido en un codiciado retiro de lujo contemporáneo.
Ubicado en la llamada “Ciudad del Vino”, este hotel de 5 estrellas le ofrece la verdadera aventura de su vida. El objetivo de Frank O. Gehry fue crear un château del siglo XXI; un icono para una de las bodegas más antiguas de La Rioja, Vinos de los Herederos de Marqués de Riscal, que conectara el legado histórico con el arte moderno y la naturaleza del vino.
El edificio es una composición de prismas rectilíneos que flotan sobre el suelo gracias a los tres enormes pilares que soportan la estructura. La construcción se eleva nueve metros sobre el suelo y también cruza la tienda de vinos subterránea de ‘Marqués de Riscal’, con tres inmensas columnas como base. Esto permite espectaculares vistas en todos los pisos a los viñedos, Elciego y la cordillera Cantábrica.
Todo está envuelto en cascadas de titanio de color rosa, dorado y plateado que simbolizan los tonos rojizos del vino, la malla de las botellas de vino de Marqués de Riscal y las cápsulas de las botellas.
La lujosa decoración interior del hotel lleva el inconfundible sello de Gehry. Las paredes inclinadas, las ventanas en zigzag, los altísimos techos y la multitud de detalles especialmente diseñados que presentan sus 43 habitaciones y suites, crean la impresión de que los huéspedes se alojan en una obra de arte.
El ‘Guggenheim de Bilbao’ sirvió como catalizador para revitalizar la ría del Nervión y situa la capital vizcaína en el mapa cultural de Europa.
Ahora, a tan sólo 125 km del museo, otra explosión de acero y titanio abre un nuevo horizonte en el futuro de la localidad de Elciego. El edificio se integra dentro del nuevo complejo bodeguero de ‘Marqués de Riscal’, 100,000 m² dedicados a la elaboración, cuidado, estudio y, por supuesto, disfrute del vino.
Entre el edificio principal y los anejos se distribuyen dos restaurantes gourmet; 43 suites exclusivas, cada una diseñada de forma individual; un balneario donde se proporcionan tratamientos de vinoterapia; un restaurante donde degustar creaciones clásicas e inéditas de la gastronomía riojana; un centro de reuniones; y una tienda especializada en productos relacionados con la bodega.
El nuevo volumen surge sobre unos viñedos, evocando con sus extremidades retorcidas la forma de las vides. Su estructura, como si fueran raíces, penetra ocho metros por debajo de la tierra arrancando desde un sótano que alberga las nuevas instalaciones de la bodega.
Desde allí emergen tres masivos soportes de 16,5 metros que, atravesando el forjado de la cota de acceso, alcanzan el primer piso, donde sostienen, ayudados por pilares inclinados que aguantan los voladizos, una gruesa losa de concreto de 1,5 metros de canto. Desde este nivel parten una serie de pilares metálicos de pequeña sección, ocultos detrás de las sinuosas paredes, que soportan el resto de las plantas de perímetro irregular, las cuales reducen su superficie con la altura, adquiriendo un aspecto piramidal.
El entramado metálico se prolonga al exterior por medio de pérgolas que, además de enmarcar el panorama y proporcionar sombra, se convierten en la seña de identidad del edificio gracias a los tonos de sus acabados, un guiño a los colores de la firma.