Aunque Tradicional es la última palabra que viene a la mente cuando se observa su estructura tipo esfera, hay algunos elementos clásicos chinos en juego.
Con el crecimiento vertiginoso de su economía en los últimos años, en China proliferan los hoteles, restaurantes y atracciones turísticas que reconfiguran el espectro de servicios del país, ofreciendo nuevas alternativas de lujo impensadas hace menos de dos décadas. Un ejemplo claro, es el espectacular complejo turístico Sunrise Kempinski en el lago Yanqi, al norte de la zona urbana de Beijing.
Este soberbio resort de 14 km², incluye múltiples hoteles de lujo, 14 restaurantes, diversos spa, áreas de recreación, marinas y hasta una isla privada.
Fue diseñado por el reconocido arquitecto chino Zhang Hai Ao, quien trabaja para la firma Shanghai Huadu Architect
Design Company, en colaboración con un grupo de expertos de distintas latitudes que aportó al proyecto conceptos actuales de la arquitectura occidental.
El diseño del interior del hotel estuvo a cargo de los arquitectos de la galardonada empresa DiLeonardo Design International de Estados Unidos, quienes optaron por un mobiliario de lujo estilo europeo con detalles decorativos netamente orientales.
Por un lado, fue diseñado para que pareciera ser un sol naciente, símbolo de la economía de rápido crecimiento de China. Sin embargo, la entrada al Sunrise Kempinski tiene la forma de la boca de un pez, símbolo de prosperidad. Desde un ángulo lateral, el hotel toma la apariencia de un ostión, que representa la fortuna en la cultura China.
Aparte del edificio principal, hay 111 habitaciones adicionales en el hotel Yanqi, y otras 178 esparcidas en 12 hoteles boutique en una isla privada cercana. La compañía dice que la construcción se llevó a cabo en el transcurso de 24 meses con la ayuda de más 9,300 trabajadores. Su altura es de aproximadamente 100 metros, que contienen 21 pisos con 306 habitaciones.
El espléndido edificio, que se levanta a orillas del lago, está íntegramente revestido por paneles de vidrio espejado dispuestos con el ángulo adecuado para que los pisos inferiores reflejen el agua del lago. Por la noche, estos 10.000 paneles de vidrio son iluminados por un sistema LED alimentado por electricidad generada mediante un sistema hidráulico. Además sus estructuras están hechas especialmente para soportar un terremoto de grado 8.
Este hermoso proyecto ofrece una opción de lujo en medio de los paisajes chinos, a tan sólo 60 kilómetros de Beijing, la capital. Sin duda, un nuevo destino que bien vale la pena visitar.