Todas las viviendas requieren de un espacio en el que podamos ubicarnos para estudiar o trabajar de forma cómoda y tranquila.
Por eso, lo ideal es convertir una de las habitaciones en un acogedor estudio. A continuación te mencionamos cómo crear el ambiente adecuado con algunas ideas para decorar una habitación de estudio.
En una habitación de estudio no hace falta demasiado mobiliario, basta con los muebles básicos como escritorio, un asiento cómodo y algunas estanterías para colocar archivadores, libros, revistas, documentos, etc., lo ideal es elegir pocos muebles pero que sean grandes y dispongan de espacios en los que podamos almacenar nuestros distintos artículos y objetos de trabajo o estudio.
A la hora de elegir los muebles piensa en aquellos modelos que sean prácticos y funcionales. Una buena opción son las mesas con cajones, especialmente si nuestra sala de estudio es demasiado pequeña para incorporar otros muebles. Elige también un buen asiento para estar cómodo y relajado mientras trabajas o estudias, encontrarás sillas de líneas modernas o clásicas.
La distribución de los muebles en el estudio también es un factor importante a tener en cuenta. La mesa del escritorio puede colocarse bajo la ventana para disfrutar al máximo de la luz natural.
Por su parte, elige una librería de grandes dimensiones y ubícala en una de las paredes de la estancia. Si notas que el resto de paredes están muy vacías, puedes incorporar algunas repisas horizontales o decorar una de ellas con un cuadro de grandes dimensiones.
Un elemento que cobra especial importancia en las salas de estudio es la iluminación; la clave es aprovechar al máximo la luz natural durante el día, por ello debes mantener bien despejadas las ventanas. Para la noche puedes colocar una gran lámpara central y otra que alumbre directamente la mesa de trabajo, si lo prefieres, también puedes incluir pequeñas lámparas en otras zonas.
Las habitaciones de estudio deben ser espacios que ayuden, sobre todo, a mantener la concentración de sus ocupantes, por ello es aconsejable pintar las paredes con colores claros y neutros que no llamen nuestra atención y nos distraigan. Tonos como el blanco, el marfil, el crema o el amarillo pálido son ideales para este tipo de habitaciones.
Puedes incorporar algunos elementos decorativos como plantas, cuadros, marcos de fotografías, etc. y aportar un poco de color al espacio con detalles como cortinas y alfombras.
Aunque las habitaciones de estudio cumplan una función determinada, no quiere decir que no podamos darle un toque personal y adaptarla a nuestros gustos.