Este aparato puede ser el fin de las inyecciones con aguja. Científicos han desarrollado un dispositivo que inyecta medicación sin necesidad de utilizar jeringas.
Si le pregunta a cualquier persona cuál es la peor parte de ir al médico, y con frecuencia responderán: recibir una inyección. La aguja y la jeringa han sido el principal método de administración de medicación desde 1850, con pocos cambios tecnológicos innovadores.
Si es de esas personas que tiembla cada vez que le administran medicamentos por vía intravenosa, eso pronto llegará a su fin. Gracias a este dispositivo capaz de poner inyecciones, sin necesidad de las molestas agujas.
Esta nueva tecnología podría reducir las lesiones que a menudo causan estas agujas a los especialistas en atención médica.
Asimismo, podría ayudar a aumentar la tasa de cumplimiento con sus propios tratamientos de aquellos pacientes que se tienen que pinchar a menudo, y que en ocasiones evitan hacerlo por la incomodidad que representan las agujas. Por último, el sistema evitaría el miedo que a mucha gente le producen las agujas hipodérmicas.
Varios investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y Portal Instruments, han diseñado un aparato, capaz de poner inyecciones sin aguja, un innovador método que hará más fácil la vida a pacientes y personal médico. El instrumento usa tecnología de presión, para inyectar la medicina a través de la piel con un minúsculo jet, haciéndolo un proceso libre de dolor y ansiedad. Además, puede controlar, registrar las dosis y los efectos del medicamento con la aplicación móvil.
Este dispositivo se adapta a una amplia gama de productos terapéuticos elaborados a partir de componentes biológicos, como los tratamientos hormonales, insulina, vacunas y otras terapias para enfermedades crónicas, que requieren ser inyectados en los pacientes con una aguja.
Poner una inyección con este dispositivo, es una tarea sencilla. Los fármacos se cargan en un recipiente desechable que tiene una pequeña boquilla en la punta y que se coloca en el dispositivo. Después, un poderoso actuador electromagnético empuja un pistón en el recipiente, presurizando el medicamento y expulsando un chorro del grosor de un cabello a alta presión a través de la boquilla.
El líquido sale a una velocidad de 200 m/s, creando suficiente presión sobre la piel y el tejido, para perforarla suavemente, rápido y sin dolor. El sistema monitoriza la trayectoria de la inyección en todo momento y permite al practicante seleccionar la localización y profundidad a la que administrar la dosis. En solo medio segundo entrega una dosis de 1 ml, mientras que una jeringa con una aguja hipodérmica, necesita entre 10 y 20 segundos.
Sus creadores empezaron a trabajar en este aparato hace años, y ahora una farmacéutica japonesa, Takeda; acaba de firmar un acuerdo de comercialización, por lo que pronto llegará al mercado.
El primer fármaco que podría entregar sería el Entyvio, un anticuerpo para adultos con colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, que actualmente se administra a través de infusión intravenosa. Después de eso, el equipo planea asociarse con otras compañías farmacéuticas para convertir este aparato en una máquina de inyección universal accesible.