Pintor y caricaturista, famoso por sus litografías con escenas de muerte, estampas populares y caricaturas sociales, inspiradas en el folclore.
Aguascalientes fue la ciudad que vio nacer a José Guadalupe Posada Aguilar, un 2 de febrero de 1852. Comenzó a desarrollarse como dibujante haciendo copias de imágenes religiosas, y como ayudante en un taller de cerámica. Estudió en la Academia Municipal de Dibujo de Aguascalientes, y posteriormente, a los 16 años, fue aprendiz en un taller litográfico.
Sus primeros trabajos publicados en el periódico ‘El Jicote’, en contra del gobernador de Aguascalientes (Jesús Gómez Portugal), lo iniciaron como caricaturista político. Eventualmente, Posada creó su propio taller litográfico en León, Guanajuato. A partir de entonces, y durante el resto de su vida, habría de colaborar y crear publicaciones periódicas, caracterizadas por hacer fuertes críticas al régimen porfirista.
En 1888, Posada llegó a la Ciudad de México, donde aprendió nuevas técnicas de grabado en plomo y zinc, y abrió otro taller litográfico. Su gran sentido del humor, y la calidad de su gráfica, le ganaron la admiración de un gran público.
Posada contribuyó significativamente a crear algunas de las imágenes, que hoy son parte de la cultura y la estética popular de la muerte en México. Muchos de sus trabajos en este ámbito, retrataba, por ejemplo, calaveras que se comportaban como personas comunes en diferentes situaciones.
Posada trabajó mucho con la imagen de la Catrina, e ilustró durante mucho tiempo las famosas ‘calaveras’, versos cortos sobre la muerte, que se hacen para celebrar el Día de Muertos, y que entonces se publicaban en periódicos y hojas sueltas.