Las kettlebells, o pesas rusas, son pesas tradicionales que consisten en una bola de hierro fundido, semejante a una bala de cañón con un asa.
Los atletas olímpicos las han usado desde los años 40. Por lo que actualmente la pesa rusa se ha convertido en un utensilio popular de ejercicio en Estados Unidos, tiene formato esférico, con base plana y un asa superior de las cuales se puede tomar.
El levantamiento de pesas rusas está reconocido a nivel nacional y en todo el mundo desde hace décadas. Los movimientos con kettlebell se parecen a las actividades físicas del campo, como cavar una zanja o talar un árbol, ya que involucran a todo el cuerpo, aumentan la fuerza y la resistencia, mejoran el equilibrio y la agilidad, y fortalecen el cinturón abdominal, tan importante para prevenir los dolores de espalda. Los entrenamientos con pesas rusas aumentan la fuerza, resistencia, agilidad y equilibrio, desafiando tanto la fuerza muscular como el sistema cardiovascular.
En su momento fueron el arma elegida por los levantadores rusos hace más de un siglo. Ahora están empezando a reconocerse en Estados Unidos. Estas pesas ofrecen todos los beneficios de un entrenamiento con mancuernas y algo más. Lo mejor de todo es que las pesas rusas son versátiles, perfectas para hacer ejercicios explosivos que trabajan los músculos principales, queman la grasa corporal y desarrollan la potencia.
Tradicionalmente, las kettlebell rusas miden su peso en poods, siendo cada pood unos 16kg. Así pues los pesos más comunes para las kettlebell son 16kg, 24kg, 32kg y 48kg aunque también existen kettlebells de muchos otros tamaños.
La ventaja de las kettlebells respecto a las mancuernas tradicionales es que su centro de gravedad es externo a la mano, lo que permite ejercicios balísticos, como balanceos y arrancadas. También hace que el peso sea más difícil de controlar, pero por eso es tan efectivo. Estos ejercicios tienen más en común con el entrenamiento de alta intensidad de intervalos que las pesas tradicionales.