Montar a caballo es una de las actividades más beneficiosas para el cuerpo y para la mente. La relación con el caballo hace que esta actividad pueda hacerle mejorar en todos los niveles.
Si le preguntan por deportes al azar, lo más seguro es que la equitación no esté entre los primeros en su mente. También es posible que se haya preguntado si realmente montar a caballo es un deporte. La realidad es que la equitación es más que un deporte, le ayuda a tonificar los músculos, mantener una postura correcta, y es un buen ejercicio cardiovascular. Además, de que la equitación es ideal para despejar la mente con grandes beneficios psicológicos, se podría decir que es el deporte más completo que existe junto a la natación.
A nivel físico, montar a caballo tiene numerosos beneficios. Para comenzar, una de las mayores ventajas de la equitación está relacionada con el equilibrio. Cuando se sube al lomo del caballo, hay que adaptarse y adecuarse a los movimientos de éste, por lo que el tronco se mantiene erguido, y esto ayuda a que la postura de la columna vertebral del jinete, sea correcta.
La postura que se debe adquirir en la silla de montar, potencia el equilibrio tanto horizontal, como vertical. Al tener que estar alerta ante posibles cambios de ritmo por parte del caballo, se favorece la coordinación motriz fina y gruesa, los reflejos y la planificación motora.
La equitación es un deporte en el que el atleta está en contacto directo con un animal, y precisamente ese contacto con el caballo, regula el tono muscular y favorece la circulación sanguínea, ya que la temperatura corporal de estos animales, es más elevada que la de las personas. Al mismo tiempo previene la espasticidad, un trastorno que afecta a la contracción muscular y que está asociado a múltiples enfermedades y discapacidades.
Ayuda a tonificar los músculos como abdominales, glúteos, piernas y espalda. Además que, mejora la coordinación, equilibrio, postura y movilidad.
También es destacable el ejercicio cardiovascular, que puede llegar a exigir los mismos niveles de esfuerzo que correr, o el ciclismo. Aunque en un paseo, el desgaste es más bajo, en recorrido con obstáculos, se pueden quemar fácil 600 calorías por hora.
A nivel psicológico, la equitación tiene una repercusión muy positiva en el autoestima, y el autocontrol. Para estar en sintonía con el caballo, hay que aprender a controlar las propias emociones, y tener confianza. Los caballos son impredecibles, por tanto, es muy importante saber manejar todas las situaciones con calma y transmitirle esta sensación al animal. Esto nos hace tener más autocontrol, autoestima y seguridad en nosotros mismos, resulta favorable a la hora de canalizar los miedos y fobias que pueden llegar a afectarnos en otros aspectos de nuestra vida cotidiana.Por otro lado, la equitación requiere de mucha concentración, cualidad que ayuda a fortalecer la memoria, gracias al aumento en la capacidad de atención, y en la concentración que se produce cuando se monta a caballo.
Además, la relación con el animal puede inculcar el sentimiento de empatía, y respeto. Aprender a cuidar a un caballo, también contribuye a aumentar el sentimiento de responsabilidad y como ocurre con la práctica de cualquier deporte, la equitación enseña disciplina. Cualidad que no solo se puede emplear en el deporte, sino que puede ayudarle a mejorar en cualquier aspecto de su vida.